Crisis de pareja y familiares

Noviembre/2005

Crisis:

Cambios considerables e importantes que exigen movimientos individuales y familiares.

  • Momento culminante y decisivo.
  • Situación en que se encuentra la pareja y/o familia desde el momento en que comienza un cambio hacia una situación nueva.
  • Están comprometidas las estructuras biológicas, psicológicas y sociales.
  • Está marcando el pasaje de una etapa a otra. Las nuevas etapas pueden ser espontáneas o planificadas.
  • Hay crisis favorables y adversas.
  • Crisis favorables que llevan al aumento de la calidad de vida y el bienestar tiene por lo menos las siguientes condiciones:
  • Están determinadas por la historia, se dan en el presente desde que comienza el cambio y se proyectan hacia objetivos futuros.
  • Es importante la coherencia de las funciones afectivas, intelectuales, volitivas y conductuales.
  • El conocimiento y comunicación familiar de la etapa resulta necesario.
  • El pasaje a una nueva etapa implica un recontrato de pareja y/o de familia.

Se pueden clasificar en vitales y circunstanciales.

Las crisis vitales son en general y básicamente:

  • Concreción de la pareja
  • Casamiento o inicio de la convivencia
  • Embarasos
  • Nacimientos
  • Nuevas etapas de los hijos: escolaridad – pubertad – adolescencia
  • Formaciones de parejas de los hijos
  • Ida de casa de cada hijo
  • Casamientos
  • Jubilación
  • Muertes

Es de destacar que los recontratos son necesarios para resolver las crisis y pasar a una nueva etapa creciendo con ella.
Y que, también, los recontratos espontáneos, no conocidos u ocultados suelen marcar una crisis familiar.

Las crisis circunstanciales pueden ser:

  • Crisis de valores
  • Crisis de sentido de pareja y de familia
  • Violación
  • Abortos
  • Accidentes
  • Catástrofes
  • Divorcio
  • Abandono
  • Convivencia con persona ajena a la familia
  • Trabajo nuevo
  • Mayor ausencia o presencia de la casa de uno de los cónyuges
  • Pérdida de trabajo
  • Fracaso económico

Hacemos menciones de algunas crisis circunstanciales, para ejemplificar, y hay cantidades de ellas. Es cuestión de captar cuándo se está atravesando por una y cuál es.

Un ejemplo de crisis del Sentido de pareja, Anna, 38 años: pasaje personal de etapa que cambia el contrato fundacional: este es un cambio personal en su Sentido de Vida modificando, por ejemplo, el objetivo personal de estar dependiendo de la orden y la aceptación de otra persona.

Esto indica cambios de sus C B P:

  • Movimiento en la identidad.
  • Maduración en la individuación.

Este cambio indica una ruptura del contrato fundacional de pareja, él no acepta el movimiento. Deviene una crisis de la que hay que salir recontratando o quedando en el contrato anterior con lo cual no se vuelve al estado anterior, el equilibrio ese ya está roto y se comienza una situación de malestar que trae aparejado distintos disturbios a cualquier miembro de la familia..

Es de tener en cuenta una amplia gama de posibilidades de crisis familiares, circunstanciales, e indagar en ellas. Se nos puede pasar por alto una situación que trabajar, para poder resolverla en forma constructiva.

La aparición de una crisis y su potencia depende de las características familiares e individuales.
Podemos, sí, diagnosticar disfunciones si ante un cambio fundamental no se acusa recibo del mismo, y si ante un cambio a resolver prontamente se reacciona con desmedida ineficacia, paralización y/o angustia.

Ejemplo de lo primero es la muerte. Nadie puede sustituir el sufrimiento que supone esta pérdida. La recuperación personal pasa por enfrentarse a sus consecuencias y vivirlas, creando nuevas condiciones de futuro a través del cambio personal.

De lo segundo, la pérdida de trabajo o la menarca de una hija.

Comprometen a la pareja y/o familia.

Síntomas distintos pueden marcar el pasaje por una crisis:

  • Desubicación en los objetivos de vida.
  • Tergiversación del pasado y el origen.
  • Crisis de valores.
  • Tensión, malestar, litigio en distintos grupos de pertenencia.
  • Aislamiento social.
  • Angustia.
  • Somatizaciones.
  • Adicciones incipientes.
  • Crisis o ataques de pánico.
  • Depresiones reactivas.
  • Estrés sostenido.
  • Debilitamiento.
  • Mayor exposición a la sugestión y aferrarse a cuestiones mágicas por lo que no se opera en la realidad y la voluntad, y los objetivos de vida se resienten.

La imposibilidad del pasaje a la otra etapa, o la negación de la crisis indica el sostenimiento de la crisis en el tiempo. En estas condiciones se hacen crónicos los síntomas en uno u otro miembro de la familia.

En la superación de las crisis difíciles de transitar hace falta la asistencia profesional que apunte por lo menos a la orientación, límites, apoyo y entrenamiento para resolverlas bien. Es indicada una buena elección de estos asistentes o profesionales.

La reorganización familiar en una etapa nueva y enriquecida puede verse dañada por malas prácticas de personas de la familia, ajenas a ellas o profesionales.

Por esto hay que contar con recursos personales, de pareja y familiares que tengan en cuenta preventivamente:

  • El sentido de vida.
  • Contrato y recontratos.
  • Las C. B. P. (Cualidades Básicas de la Personalidad)
  • Contención afectiva.
  • Lo no dicho.
  • Secretos a voces.
  • Alerta.
  • Metacomunicación
  • Alianzas y coaliciones.

La resolución de una crisis, pasando a otra etapa de la vida, deviene en fortalecimiento de las Cualidades Básicas de la Personalidad, revisión y reafirmación del Sentido de Vida, mayor Flexibilidad.
Como trabajadores de la salud es indicado tener en cuenta estos aspectos en las personas y familias asistidas. Así mismo es necesario tener en claro las propias incapacidades de resolver determinados pasajes de etapas, conocer las limitaciones personales, poder aceptarlas y manejarlas lo más adecuadamente posible.