Casco Ghelfi

By admin on 09 May 2011 |

Nombre: 
Yolanda Iris

Casco Gelphi Yolanda Iris y D’Elía Pallares Julio César [vivieron DD Abuelas] ¡Presentes! Yolanda (empleada, DNI 92.131.854, CONADEP 1715, denuncia 985) nació en Salto (Uruguay) el 28 de diciembre de 1945. 32 años. Julio César (licenciado en Economía, DNI 92.131.853, denuncia CONADEP 1348) nació el 28 de septiembre de 1946 en Montevideo. Vivían en Humahuaca y Bulnes. Fueron secuestrados en San Fernando el 22 de diciembre de 1977 y trasladados de la comisaría al CCD Pozo de Banfield, donde (según testimonios 1715, 1716 y 1718) Yolanda dio a luz a su hijo durante la segunda quincena de enero de 1978. El niño fue inscripto como hijo biológico de Carlos De Luccía (miembro del Servicio de Inteligencia Naval) y su esposa Elvira Leiro (ambos procesados, el primero falleció) mediante uno de los certificados truchos que solía firmar el médico policial Bergés. Carlos recuperó su historia y ahora tiene una niña para continuarla. Enviar fotos, historias de vida y cualquier información sobre Yolanda y Julio César a memoriayjusticialmagro@yahoo.com.ar Ver D’ Elía Pallares Carlos D’ELIA CASCO Carlos Localizado en 1995, Restituido en 1998 Madre: Yolanda Iris CASCO GHELFI Padre: Julio César D’ELIA PALLARES Menores Desaparecidos Fallos y Resoluciones Judiciales (tomo 2) Casos generales Cuando Abuelas de Plaza de Mayo entiende agotada la instancia interna recurre al Derecho Internacional. Así surgió la primera y única condena al Estado argentino que se produjo en un caso de Abuelas, que incluimos junto a pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Videla Jorge Rafael s/ Prisión preventiva San Isidro, de julio de 1998. AUTOS Y VISTOS: Para resolver en la presente causa Nº 1284/85, caratulada Videla, Jorge Rafael y otros s/ presunta infracción a los arts. 146, 293 y 139, inc. 2do. del Código Penal y respecto de la situación procesal de Jorge Rafael Videla, de nacionalidad argentina, estado civil casado, de profesión ex-oficial del Ejército Argentino, nacido el 2 de agosto de 1925 en Mercedes, Prov. de Buenos Aires, sin sobrenombres ni apodos, titular de la CIPF Nº 2.456.573, con domicilio real en la Avda. Cabildo Nº 639/41/43, Piso quinto, Depto. A, de Capital Federal y actualmente alojado en la Unidad Nº 16 del Servicio Penitenciario Federal. RESULTA: Tal como quedara expuesto en la providencia de fecha 9 de junio del corriente año, este Tribunal conoció en la causa Nº 86/84 incoada con motivo del apoderamiento de la menor Mariana Zaffaroni Islas en el ámbito del centro clandestino de detención de personas conocido como Automotores Orletti a partir del mes de septiembre del año 1976… Por último, el día 5 de mayo del corriente año y con motivo de la audiencia oral y pública celebrada en la causa Nº 623 del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 de este Circuito, se tuvo por cierto y probado que alrededor del 26 de enero de 1978 Yolanda Iris Casco Ghelfi, encontrándose privada ilegalmente de su libertad en el centro clandestino de detención conocido como Pozo de Banfield, dió a luz un varón que le fue sustraído. Como consecuencia de ello, resultó condenada Marta Elvira Leiro por considerársela coautora directa penalmente responsable del delito de retención y ocultación del menor que fuera anotado como Carlos Rodolfo De Luccía. Distr. GENERAL CCPR/C/95/Add.9 5 de mayo de 1997 Original: ESPAÑOL Cuartos informes periódicos que los Estados Partes deben presentar en ... : Uruguay. 05/05/97. CCPR/C/95/Add.9. (State Party Report) Convention Abbreviation: CCPR COMITE DE DERECHOS HUMANOS EXAMEN DE LOS INFORMES PRESENTADOS POR LOS ESTADOS PARTES DE CONFORMIDAD CON EL ARTÍCULO 40 DEL PACTO Cuartos informes periódicos que los Estados Partes deben presentar en ... Adición URUGUAY El tercer informe periódico presentado por el Gobierno del Uruguay figura en el documento CCPR/C/64/Add.4; en cuanto al examen del mismo por el Comité véanse las actas CCPR/C/SR.1216 a SR.1218 o los Documento Oficiales de la Asamblea General, cuadragésimo octavo período de sesiones, Suplemento Nº 40 (A/48/40), párrs. 467 a 510. Las observaciones finales adoptadas al final de la consideración de ese informe son reproducidas en el documento CCPR/C/79/Add.19. [19 de diciembre de 1996] Facilidades otorgadas por el Estado uruguayo a los familiares de uruguayos en situación de desaparición forzada La ubicación de un niño uruguayo hijo de desaparecidos en Argentina 56. Durante el mes de julio de 1995, las investigaciones llevadas adelante por autoridades judiciales argentinas en cooperación con organizaciones no gubernamentales de dicho país permitieron la identificación de un menor de edad de diez años, hijo legítimo de la familia uruguaya integrada por Julio César D'Elia Pallares y Yolanda Casco Ghelpi. Ambos padres se hallan en situación de detenidos desaparecidos desde el 22 de diciembre de 1977, por hechos ocurridos en la República argentina. El nacimiento del citado menor ocurrió durante el cautiverio de la madre, en 1977, quien al tiempo de su detención cursaba el octavo mes de embarazo. Las indagatorias realizadas y los exámenes de histocompatibilidad con ADN permitieron confirmar que Carlos Rodolfo de Luccia era nieto allegado del grupo Casco Ghelpi Reggiani y que la probabilidad de abuelidad era de 99,99%. A partir de estas confirmaciones, el juez federal argentino Roberto José Marquevich dispuso el procesamiento de un oficial de la Marina de Guerra argentina y su esposa, por considerarlos autores responsables del delito de ocultación y retención de menores en concurso con delitos de falsificación ideológica de documentos públicos de estado civil. EL DICTADOR DIJO QUE YA HABÍA SIDO JUZGADO. EL JUEZ ORDENÓ SU DETENCIÓN. VIDELA MUDÓ SU DOMICILIO Videla declaró que ya había sido absuelto de la apropiación de menores y pidió ser oído por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que ya no integra. Marquevich lo envió a Caseros, luego de que los médicos certificaran que posee capacidad para delinquir. Sistema: Marquevich decidió el procesamiento y la detención de Videla por la posible existencia de un sistema ilegal tendiente al apoderamiento de menores. Videla llegó y se retiró del juzgado en un celular, mientras los manifestantes le gritaban asesino El juez rechazó las maniobras dilatorias de los abogados del ex dictador y genocida. El ex dictador Jorge Videla dijo ayer que la Cámara Federal ya lo había absuelto por los mismos delitos que ahora le reprocha el juez federal de San Isidro Roberto Marquevich, ante quien prestó declaración ayer. Fuentes del juzgado dijeron que a criterio del juez Videla sólo fue absuelto por los seis hechos que juzgó la Cámara Federal, pero que no adquirió un certificado de impunidad. Ninguno de los cuatro casos por los que se lo juzga ahora formaron parte del objeto procesal de aquel juicio, dijeron. Videla agregó que Marquevich no era competente para enjuiciarlo porque su juez natural era el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, e invocó sus derechos constitucionales para no responder preguntas. Pero hasta el jefe actual del Ejército, general Martín Balza, sostuvo que Videla ya no era militar. Sus abogados de confianza, el ex ministro de Justicia durante la dictadura Alberto Rodríguez Varela, y oficial, Carlos Alberto Tavares, quien también lo defendió ante la Cámara Federal en 1985, habían interpuesto antes dos excepciones de cosa juzgada y de competencia. Marquevich dijo al llegar al juzgado que tomaba como un insulto la sospecha de que pudiera estar obrando por presiones políticas. Tanto Videla cuanto sus abogados mencionaron los párrafos de la sentencia de 1985, confirmada por la Corte Suprema de Justicia, por la que Videla fue absuelto de los cargos de sustracción de menores en seis casos. Carlos es hijo de Julio César D'Elía Pallares y Yolanda Iris Casco Ghelf, secuestrados en San Fernando. El Tribunal Oral Federal 2, que condenó a tres años a María Elvira Leiro como autora del delito, estableció que Yolanda dio a luz en la Brigada policial conocida como Pozo de Banfield y que la criatura fue inscripta en Quilmes como si hubiera sido hijo de Leiro y De Luccía. Los cuatro casos, concluye Marquevich, están lejos de parecer consecuencia de designios criminales individuales y por tanto su semejanza obra de la casualidad; por el contrario [parecen] el resultado de un propósito único o concierto previo. Así las cosas, existen ahora fundadas presunciones que permiten suponer la existencia de un plan delictivo, en lo que por el momento son estos cuatro casos, cuyo diseño y ejecución excede la directa intervención que en los hechos les cupo a los imputados ya mencionados. Y en esta afirmación no se excluye a las diversas causas relativas al apoderamiento de menores durante el último régimen de facto, que tramitan o tramitaron ante distintos órganos jurisdiccionales del país. La conclusión, entre otras tantas, de la causa 13 del año 1984 de la Cámara Federal de la Capital, en cuanto a que los individuos que realizaban procedimientos de detenciones ilegales respondían jerárquicamente a la autoridad militar suprema en el país en modo alguno alcanzada por los efectos del decreto 2741/90 del Poder Ejecutivo más lo expuesto en los apartados anteriores, me obligan a ampliar el objeto de la presente investigación ante la posible existencia de un sistema ilegal ordenado por el comandante en jefe del Ejército entre los años 1976 y 1980 destinado al deliberado apoderamiento de menores. La resolución concluye con la solicitud a Abuelas de Plaza de Mayo y a la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de que aporten la nómina completa de causas con sentencia definitiva por apoderamiento de menores desaparecidos o nacidos en cautiverio. Ayer Marquevich recibió las respuestas que identifican una docena de causas, entre ellas las de los mellizos Reggiardo Tolosa, Jimena Vicario y Laura Scaccheri. LA PLATA.- Un hijo de desaparecidos uruguayos, nacido en cautiverio en Argentina en 1978 y apropiado por un marino retirado, declaró hoy que es posible que el ex subjefe de Policía durante la dictadura, coronel Rodolfo Aníbal Campos, haya estado involucrado en su apropiación. Se trata de Carlos Rodolfo D'Elía, cuya identidad fue restituida en 1998, y que contó en el Juicio por la Verdad que su apropiador, el marino retirado Carlos De Luccía, tenía cierta amistad con Campos, que en el momento de su nacimiento se desempeñaba en ese alto cargo en la Policía provincial. Creo que por ese lado pude haber llegado a Carlos y Marta (Leiro, esposa de De Luccía). D'Elía señaló que recuerda: fui a algún que otro cumpleaños a su casa cuando era chico. Me fue fácil recordar su nombre. Rodolfo Campos fue el segundo de Ramón Camps en la Policía entre el 14 de diciembre de 1977 y el 22 de marzo de 1979. Actualmente, está procesado con prisión preventiva en la causa sobre la comisaría 5º de La Plata, pero fue beneficiado con el arresto domiciliario. También fue imputado a principios de agosto por los delitos cometidos en el centro clandestino Puesto Vasco, pero aún no ha sido indagado. Carlos D'Elía nació en el Pozo de Banfield el 26 de enero de 1978, mientras su madre, Yolanda Casco, estaba secuestrada allí. El padre de Carlos, Julio César D'Elía, fue secuestrado junto a Yolanda el 22 de diciembre de 1978, cuando ella estaba embarazada de ocho meses y medio. Ambos fueron vistos en el COT1 de Martínez, y la joven fue luego trasladada al Pozo de Banfield, en donde dio a luz a su bebé, asistida por el médico policial Jorge Bergés. La pareja uruguaya permanece desaparecida. Bergés firmó un acta falsa de nacimiento, en la que decía que el niño había nacido en su clínica privada de Quilmes y que su madre biológica era Marta Elvira Leiro, la esposa del marino De Luccía. Todo esto quedó probado en lo que constituyó el primer juicio oral por un caso de apropiación de menores. Aunque De Luccía ya había fallecido para ese entonces, Leiro fue condenada a 3 años de prisión en suspenso. Bergés, el responsable de la sustracción, no fue acusado, porque estaba amparado por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Hoy, Carlos D'Elía afirmó que fue entregado a sus apropiadores el mismo día en que nació. Él (De Luccía) habrá recibido un llamado. Fueron hacia la zona sur y en una esquina de Quilmes un hombre me entregó. Y agregó que, según la propia Marta Leiro, yo estaba envuelto en papel de diarios y todavía tenía sangre en el cuerpo. El hijo de desaparecidos dijo que, según pudo reconstruir, Leiro no podía tener hijos, pero su marido se negaba a adoptar un niño. Después de muchas presiones, no sé cómo ni con quién, Carlos recurrió a alguien que conocía para que yo llegue a ellos. Sostuvo que no cree que esa persona fuera de la Marina, porque en ese momento De Luccía ya estaba retirado, y se inclinó por la posibilidad de que el contacto hubiera sido a través de Rodolfo Campos. Esto se lo pregunté a Marta, pero ella no lo conocía, porque se separó de Carlos cuando yo tenía seis meses, manifestó. La causa por apropiación se inició en 1993. Dos años después, en 1995, en un mismo día el matrimonio De Luccía fue detenido y Carlos se enteró de su verdadera identidad, por boca del entonces juez Roberto Marquevich, que instruía la causa. No conservo un buen recuerdo de él, por la forma en que se portó conmigo, indicó hoy el joven restituido. De hecho, el hijo de desaparecidos fue trasladado al juzgado de Marquevich en San Isidro en un Ford Falcon, con cuatro hombres de civil rodéandolo: Me sentía detenido yo también, recordó. Sin ningún tipo de atención psicológica (Marquevich) me empezó a decir cosas de las que yo no tenía ni idea, señaló D'Elía, que por entonces tenía 17 años y nunca había sospechado que no era hijo biológico de los De Luccía. Si bien sé que viví una mentira durante 17 años, y que los criterios que los llevaron a esa decisión no los comparto, siempre me sentí hijo de ellos, expresó el joven, aunque sostuvo que esa no es la forma de adoptar un chico. Es más, no me adoptaron: me apropiaron. Y añadió: Tuve que madurar o crecer de golpe para afrontar esa situación. Estoy aprendiendo de esta búsqueda de mis padres y de mi identidad. Contó que el proceso de enterarse de su origen fue muy difícil. Cuando (los De Luccía) salieron en libertad, tuvimos una charla entre los tres, para preguntarles todo lo que me guardé durante esos nueve meses (de detención). Me podrían haber dicho cualquier cosa, como efectivamente hicieron, que yo me iba a conformar, porque la alegría de tenerlos conmigo era más grande. También el encuentro con sus parientes biológicos fue muy confuso. Conoció a su abuela y a su tía muy pocos días después de la detención de sus apropiadores. Tampoco fue buena la manera que eligió el juez para que las conozca. Me decían que no estaba obligado a verlas pero que tenía que verlas, indicó. Creo que no les di tiempo a decir nada —señaló, sobre el encuentro con su verdadera familia—. Les dije que entendía el dolor por el que estaban pasando, pero que no daba más y me quería ir. Pero creo que no lo entendía, recién ahora lo estoy entendiendo. Y añadió: Todavía no me sentía libre ni abierto a comenzar una relación más cercana. Hoy, Carlos D'Elía tiene contacto tanto con su familia biológica, que vive en Uruguay, como con Marta Leiro, su apropiadora. No tengo dudas de que tengo mucho de Julio y Yolanda, y de que también tengo mucho de Carlos y Marta, mis padres de crianza. Al finalizar su declaración, se dirigió a los jueces: Yo voy a seguir buscando tolo lo que pueda sobre mis padres, su historia y mi identidad. Es mi derecho, quiero hacerlo y se lo debo a mi abuela y a toda mi familia —expresó el joven restituido—. Pero lo que falta en Argentina es la voluntad política que asuma una investigación de esta envergadura. Con la fuerza del Estado se puede hacer mucho más de lo que puedo hacer yo solo. El juez Leopoldo Schiffrin reconoció que faltan medios en todos lados. Nosotros mismos hemos recibido recursos con cuentagotas, describió. “… Una foto de color sepia muestra un familión de inmigrantes italianos escapados de la pobreza y la persecución fascista […] doña Vulmera Glelpi llega de Módena en un barco de tocó puerto luego de 30 días. Acababa de cumplir 17 años. Seguirán rumbo a Salto, a las afueras de la ciudad en un lugar asignado a los agricultores italianos y rusos. Se afincan en la colona Itapehí, a 54 km. de la capital salteña. Allí forma con Tomás Casco (hijo de inmigrantes paraguayos) una familia que comenzó a crecer pujante. A cinco mujeres y tres varones se suma la hija del primer matrimonio de don Casco y un hijo de crianza. Primero trabajaron el tambo, luego la carnicería. Animales, comercio y agricultura exigían el esfuerzo de todos. Este crecimiento requería mano de obra para trabajar la tierra, el matrimonio ofrecía lotes de terrenos cerca del predio principal a sus peones y apadrinaba a sus hijos, con importantes fiestas. El pueblito se conoce hasta nuestros días como Pueblo Casco. Dos de las hijas mujeres eran mellizas: Yolanda y Margarita nacieron el 28 de diciembre de 1945. Cuando cumplieron 6 años el padre se suicida (padecía una enfermedad incurable) La familia adopta el luto más riguroso, incluidas las niñas pequeñas, como en la vieja Italia. A la pérdida de su marido Vulmera sumó una ruina paulatina. Con lo obtenido por la venta de sus tierras compró una casa en la Ciudad de Salto y las gemelas ingresaron pupilas al colegio Mª Auxiliadora. Hicieron el secundario en Mª Concepción. Las gemelas intercambiaban sus lugares (incluso frente a algún novio) y cumplían un pacto de travesuras. Yolanda solía treparse a los árboles. Margarita decide estudiar magisterio y Yolanda derecho. Se aloja en Montevideo al lado de la Asociación Cristiana de Jóvenes donde practica natación y trabaja como líder con los niños. Conoció a Julio César D’ Elía en los fogones artiguistas del Frente Amplio. Viajaban seguido a Salto en moto. Se casaron en 1972 y fueron a vivir en un apartamento en la calle Feliciano Rodríguez. Julio era estudiante avanzado de económicas y participaba en el Consejo Directivo de esa facultad. Había nacido el 28/09/1946 y militaba con Yolanda en los GAU. Un año siguiente emigran a Bs. As. Él había sido detenido en una oportunidad por personal de la marina. Van a Salto en la Semana de Turismo y de allí cruzan en lancha a Concordia. En Bs. As. se alojan primero en una pensión y después en un departamento. Ella trabaja de secretaria y ha manualidades, Julio vende libros y consigue recibirse de economista. Más adelante compran un depto en San Fernando (9 de Julio 1130) Allí los secuestra el 22/12/1977 una banda armada cuando Yolanda estaba a punto de parir. En un primer momento estuvieron en la Comisaría de San Fernando a pocas cuadras de su casa. El mismo día del secuestro llegaron de Montevideo los padres de Julio para celebrar la Navidad y acompañar el parto, previsto para los primeros días de enero. Cuando entran en el departamento se encuentran con una ‘ratonera’ de las fuerzas paramilitares que habían permanecido allí a la espera de otras personas. Los insultan, los amenazan y los tienen detenidos aproximadamente 12 horas. Luego los obligan a irse de Bs. As. bajo amenaza de muerte. Eran cinco hombres y esperaban algo, tal vez órdenes para dar por terminado el operativo. Dos de ellos vestían campera, pantalón azul y camisa blanca […] Creo que eran marinos uruguayos, dijo el padre. Uno de lo ellos estaba vestido de azul y camisa blanca, tenía nuestro acento. Ni un poquito de la forma de hablar de los porteños. Uno tenía muy mal aspecto y comandaba el grupo, declaró la madre. A Yolanda la trasladaron primero al pozo de Quilmes y después al de Banfield, declara Adriana Chamorro, quien además asegura no haber escuchado el nombre Julio D’ Elía en ese lugar. René (la madre de Julio) sostuvo que su hijo fue llevado junto a otros 5 uruguayos a su patria donde le dieron destino final en el FUSNA. Luego del parto Yolanda fue “trasladada” inmediatamente a destino desconocido. Su hijo fue inmediatamente apropiado. Regina sostiene que Margarita (la melliza de Yolanda) se quejaba de dolores mientras torturaban a su hermana y la vio en las termas cuando se supone que Yolanda fue iterada al mar. Las Abuelas de Plaza de Mayo encontraron a los apropiadores: el matrimonio De Luccía-Leiro. De Luccía era miembro del servicio de inteligencia naval Argentino. En 1995 el joven Carlos recobra su nombre y su historia. El primer tiempo fue frío, pero, de a poco se cortaron las distancias…” Mi río Durante años soñé con el color de tus aguas, añoré el salitre la caricia del sol la arena mojada. Y ahora no puedo acercarme, mirarte, gozarte, entregarme. Desde allí me miran, desde allí reclaman, desde allí los huesos, desde allí los sueños, y gritos espesos hundidos, desaparecidos. Ana Demarco

Fecha de Desaparición o Asesinato: 
Hace 38 años 9 semanas
Barrio: 
Almagro