Daroqui

By admin on 09 May 2011 |

Nombre: 
Jorge Antonio

Daroqui Jorge Arturo (Gallego) y Daniel Alberto (Hippie) [Vivieron DD] ¡Presentes! Jorge tenía 25 años y era viajante de comercio (denuncia CONADEP 691, DNI 10.077.056) Daniel 23 y trabajaba de motoquero para Clarín (denuncia CONADEP 691, DNI 11.163.815) Vivían en Díaz Vélez 3986, 5º D y fueron secuestrados el 15 de julio de 1977 cuando Daniel acompañaba a Jorge, citado en el Departamento Central de Policía con el pretexto de enmendar una falla en la fotografía de su pasaporte. Se iban a radicar en España donde los esperaba la mujer y la hija de Jorge. Un tercer hermano (Juan Carlos) fue homenajeado en Lugano Enviar fotos, historia de vida y cualquier información sobre Jorge y Daniel a memoriayjusticialmagro@yahoo.com.ar Historia de vida escrita por su familia Jorge Arturo Daroqui nació en Bolívar (Pcia. de Buenos Aires) el 21 de febrero de 1952, y fue secuestrado junto a su hermano Daniel Alberto en la Jefatura de la Policía Federal en Capital, el 15 de julio de 1977, cuando iba a retirar su pasaporte, ambos continúan desaparecidos. En el mes de setiembre de ese mismo año, un operativo militar secuestra y desaparece a su hermano mayor Juan Carlos. Fue el cuarto hijo de seis hermanos, su padre Carlos, como bancario, ejerció su actividad laboral en varias ciudades de la Provincia de Buenos Aires. Particularmente, Arturo -así lo llamaban en el núcleo familiar- pasó largas temporadas con su tíos maternos quienes residían en Bahía Blanca y en Tornquist, estas estancias lejos de su familia , muchas veces, servían como blanco de bromas por parte de sus hermanos, ya que, en los habituales y crueles juegos infantiles, deslizaban la posibilidad de que fuera hijo adoptivo. No obstante, Arturo desde muy pequeño mostró una sólida y fuerte personalidad, su siempre oportuno humor revertía esas inocentes maldades de un modo alegre y divertido. Una vez, al regreso de esos meses en la casa o en el campo de sus tíos, Arturo había crecido tan prodigiosamente que los pantalones cortos ponían en evidencia el abrupto cambio operado, había pasado de la infancia a la adolescencia en un solo verano. Esa figura alta, delgada y desgarbada se convirtió en su principal característica física, junto a la belleza varonil y perfecta que portaba. María Julia, su hermana mayor, recuerda todavía con asombro y con un placentero orgullo que sus compañeras de facultad se disputaban estudiar con ella sólo para poder estar cerca de su “hermanito menor”. Quizá, también su atractivo físico así como su explosiva y radiante personalidad contribuyó a que conformara pareja siendo muy joven, más aún se casó dos veces. Con su última compañera tuvo la dicha de ser padre, resultaba fascinante verlo dedicado a brindar todo su amor por su hija Camila, a quien pudo disfrutar tan sólo catorce meses. En 1968, aproximadamente, Dora y Carlos (sus padres) se trasladaron a la ciudad de La Plata, allí, Arturo terminó la secundaria y comenzó estudios universitarios. Para ayudarse económicamente y quizá para comenzar desde muy joven su independencia trabaja como personal no docente en la UNLP. En poco tiempo, como era de esperar por su solidaria personalidad, es elegido delegado gremial. Así da inicio su compromiso político, asiste a la recepción de Perón en Eseiza, participa de pintadas por la ciudad, y es un convincente orador. Milita en MR17. En el año 1975 dos brutales episodios preanunciarían -sin que fuera posible leer el horror de esos signos- la colosal herida que nos acompaña a la familia hasta el presente. Una bomba en el garaje de la casa de Carlos y Dora y los secuestros de Arturo, Rut, su esposa/compañera (embarazada) y Daniel, su hermano menor. Transcurren casi tres semanas llenas de diligencias en comisarías, abogados y jueces hasta que Arturo, Daniel y Rut quedan en libertad. Resulta angustioso y doloroso describir sus estados físicos, pero es quizá más desolador y desgarrante recordar sus miradas y su silencio. Habían sido salvajemente torturados y ninguna palabra salía de sus bocas. Sólo esas miradas llenas de horror, junto a una profunda e irreversible tristeza. Ambos hechos, sumados al golpe de Estado en marzo de 1976, deciden la mudanza a Buenos Aires de toda la familia. Así como también, se aceleran los planes de viajar a España de Arturo y Rut, quienes en el mes de mayo, se convierten en jóvenes y felices padres. Llega Camila y con ella la hermosa cara de Arturo se ilumina nuevamente. Daniel, entusiasmado, planifica su partida junto a ellos. Para emprender vuelo y nueva vida, resta poner en orden los papeles. El pasaporte de Arturo tiene una leve traba: su fotografía salió mal -dicen en el Departamento de la Policía Federal en Buenos Aires-. Para continuar con el trámite, cauteloso, Carlos, su padre, acude a la ayuda de un primo hermano, quien para entonces era comisario jubilado de la Policía Federal. El 15 de julio, acompañado de su tío Vicente y de Daniel, Arturo se presenta en el Departamento Central de la Policía Federal, sección pasaportes, con el objetivo de dar solución a dicha “traba” y poder viajar a España para reunirse con Rut y Camila. Una distracción a Vicente, y la solicitud de que Arturo se sacara nuevamente la fotografía fuera del edificio completaron la trampa perfecta. Es la última imagen que nos queda de ambos -testimonia Vicente, primero a la familia, luego en 1984 en la CONADEP- Arturo y Daniel salen confiados. Fueron secuestrados y siguen todavía DESAPARECIDOS. Sobrenombres: en el ámbito familiar Gallego, en la militancia Maco. Su compañera y madre de su hija Camila escribe: Febrero 1975. Congreso del MR17 en una casa en las afueras de La Plata. Quizás entre 6 ú 8 compañe@s formábamos el grupo de apoyo, escenografía, seguridad, tranquilidad. No nos conocíamos, cada uno venía de distintas zonas. Hacía calor, teníamos una pileta dónde bañarnos y jugar y un asado por hacer. Dentro de la casa, nuestros compañer@s discutían, establecían líneas de acción. Nos faltaba Gustavo (Rearte). Hacía poco y mucho tiempo que había muerto. Maco (Arturo) era el más alto, el más risueño, el más guapo y sus ojos hablaban y sus manos se reían y su boca prometía mundos mejores. Jugando en la pileta, nuestros ojos se cruzaron y yo imaginé un mundo junto a él. En el transcurso de la semana siguiente, ya de regreso en mi casa y mi lugar de militancia, me enteré que (con las mismas palabras) mis ojos también le habían prometido cosas. Tres semanas después venía a buscarme desde La Plata a Palomar en su moto, que por cierto se rompió y hube de esperarlo más de 2 horas en la estación de tren. Yendo y viniendo, en poco tiempo decidimos compartir nuestros días, y lo hicimos en la casa en la que nos habíamos conocido, compartiendo el alquiler con otro compañero y con las visitas cada vez más frecuentes de su hermano pequeño, Daniel. Ésto era julio. En octubre, una semana después de confirmar nuestro elegido embarazo, allanan nuestra casa, nos secuestran a los cuatro y tres días después nos reconocen en una comisaría de La Plata. 19 días, y después de una visita al juez, sin cargos probados pero con la causa abierta, salimos. A pesar de la tortura mi embarazo sigue adelante y dos meses después del golpe, nace Camila, con los mismos ojos, la misma sonrisa y la misma alegría de Arturo. Trabajábamos, andábamos con muchos cuidados, las medidas de seguridad eran cada vez más endebles, cambiábamos de domicilio. A Camila, bebé, se le encendía la carita de alegría cada vez que nos veía. Yo había superado la tortura, viéndola, teniéndola, pero también empezaba a sentir miedo. Empezamos a hablar de la posibilidad de irnos un tiempo a España, allí teníamos amigos que nos esperaban. Hacíamos planes con Daniel, él quería venir con nosotros. Lo teníamos claro, tramitamos los pasaportes, vendíamos nuestras pocas cosas. Sólo faltaba el pasaporte de Arturo. Una "visita" policial en casa de mis padres precipitó mi partida con Camila. Cambiamos el orden de las valijas. Si hay algún problema, te vas a Brasil, y después vemos, fue lo que le dije en Aeroparque, después de nuestro último beso, cuando nos acompañó al irnos a España, vía Uruguay. Fue mi mamá, por teléfono, la que me tuvo que decir lo que les había pasado en el Departamento de Policía a Arturo y Daniel el 15 de julio de 1977. Camila no hablaba, pero durmiendo llamaba a su papá. Sólo él supo cuánto lo quise. Sólo él no supo que su hija tiene sus ojos y su sonrisa. Sólo él no supo cuánto tiempo su risa me acompañó. Aún la tengo… COMISIÓN DE EXILIADOS ARGENTINOS EN MADRID - PÁGINA PRINCIPAL Inauguración de una placa en Barcelona Queridos hermanos: Hoy en Barcelona, 2 de octubre se inauguró una placa alusiva a los 30000 desaparecidos argentinos. En el Parc Diagonal Mar, debajo de dos olivos que se plantaron hace 6 meses. Lo organizó COSOFAM y Plataforma Argentina Contra la Impunidad. Para mí fue un acto muy emotivo, estuve acompañada de Luis, mi esposo y de Nicolás, mi hijo, les decía que fue muy emotivo porque mis dos hermanos, Arturo y Daniel fueron secuestrados en el Dpto Central de Policía Federal cuando fueron a buscar sus pasaportes para residenciarse en España. Esta inauguración está dentro de los actos que se llevarán a cabo durante el mes de octubre. El 4 de octubre se inviste del Doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Barcelona a E. Carlotto como presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Un abrazo, María Julia Daroqui Raúl viajó de La Plata, Matilde de Cipoletti. Juntos hicimos la baldosa. Queridísimos compañeros: mi emoción es tan inmensa que me será imposible escribirla. He guardado las fotografías porque son un tesoro bien preciado para mí. No tengo palabras para agradecerles este homenaje a mis queridos Arturo y Daniel ¡Además, la baldosa fue construida por las manos de Raúl y Mati! Sólo les envío un fuerte, fuerte abrazo. María Julia Daroqui desde Barcelona. 6-10-07 Como siempre, pero hoy más que nunca creo en la necesidad de escuchar los testimonios de secuestros, desapariciones, torturas, asesinatos, robos de niños, es decir, todo ese enorme murmullo que penetra y carcome los cimientos de nuestra sociedad, no como una masa de sonidos informes de lo acontecido en la última dictadura, sino como el aliento de los que ya no tienen voz, ese aliento posterior a la palabra, la palabra sofocada. Esa palabra que reemplaza a todas las demás palabras y termina por abrirse paso y alojarse en nosotros como un suspiro: nuestro suspiro entrecortado. Tiemblo de no encontrar la palabra que transmita mis sentimientos porque temo excederme o quizá no alcance su sentido y, de pronto descubro que, aquello que me parecía indecible y me paralizaba, puedo atraparlo con ese intermedio que hay entre palabras: el suspiro entrecortado. Ese tenaz aliento de nuestros hermanos que se alojó vigorosamente en nuestras memorias y está pleno de palabras porque se nutre de sus voces y de sus firmes convicciones. Envío mi tributo con un compromiso: queridos Arturo y Daniel prometo conservar los sonidos de las palabras, y luchar para que MEMORIA, JUSTICIA y VERDAD tengan siempre la plenitud de su sentido. Por último agradecer a los miembros de la Comisión Barrios por la Memoria de Almagro- Balvanera por hacer posible la colocación de esta baldosa con los nombres de Arturo y Daniel, desde hoy, como ustedes dicen, resuenan sus pisadas. No olvido No perdono No me reconcilio Aparición con vida de Jorge Julio López 30.001 compañeros desaparecidos ¡PRESENTES! María Julia Daroqui Aquí en este edificio de Díaz Vélez 3986 vivieron hasta su desaparición Daniel y Arturo. Tener memoria es subversivo, porque nos hace reflexionar sobre las razones de las injusticias que han causado y causan el sufrimiento humano, y que arrebatan la vida a quienes quieren cambiarlas, como nos quitaron a Arturo y a Daniel. Una baldosa no puede sintetizar una vida, pero puede cuestionar al caminante y al vecino "que no sabían", y hacer que amigos, militantes de ayer y de hoy, y familiares viajen miles de kilómetros para estar hoy aquí. Una baldosa puede hacer que se reúnan todos juntos como ahora, para homenajear a los que viven no solamente en el recuerdo, sino en la lucha que continúa en aquellos y aquellas que buscan como ellos el hombre nuevo, la justicia y la verdad, y un mundo mejor. Recordarlos es también un acto de justicia popular, porque la otra justicia la seguimos exigiendo para que estos y todos los crímenes de la dictadura no queden impunes. Y porque Arturo y Daniel y los 30001 desaparecidos han dejado huellas en su paso, la memoria también se vuelve compromiso con la esperanza y con las utopías que ellos soñaron. Como escribe Eduardo Galeano: Mientras devano la memoria forma un ovillo la nostalgia. Si la nostalgia desovillo se va ovillando la esperanza. Siempre es el mismo hilo. En suma, una baldosa es la marcación del camino que nuestros hermanos eligieron caminar, y su señalización es nuestra manera de continuar por esa senda de denuncia y construcción de un país más justo. Por estas razones y por muchas otras más Herman@s de Desaparecidos por la Verdad y la Justicia adhieren al homenaje a Daniel Alberto Daroqui y Jorge Arturo Daroqui, ambos secuestrados y desaparecidos en el Departamento Central de la Policía Federal el 15 de julio de 1977. Y acompañamos a sus hermanas María Julia y Matilde, a su hermano Raúl, a Ruth y Camila, compañera e hija de Arturo, y a todos sus familiares y amigos en este justo y sentido homenaje. No nos han vencido. No perdonamos. No olvidamos. No nos reconciliamos. Aparición con Vida de Jorge Julio López. 30.001 compañeros desaparecidos. ¡PRESENTES! ¡AHORA Y SIEMPRE! ¡AHORA Y SIEMPRE! ¡AHORA Y SIEMPRE! Hace casi 2 años, 20 barrios de nuestro Buenos Aires querido decidieron colocar una baldosa en el lugar donde un militante popular vivió, estudió, trabajó, fue secuestrado o asesinado, antes o durante la última dictadura militar. A principios del año pasado, nos prendimos algunos vecinos de la entonces casi extenuada asamblea de Mario Bravo y Córdoba. Meses después, se sumaron otros de Córdoba y Anchorena. Tanto en Almagro como en Balvanera, partimos de un listado inicial de casi 60 personas. Ya estampamos en nuestras calles 50 nombres y una suerte de investigación hormiga, llevada a cabo de modo artesanal por nosotros, indica que nos quedan por hacer y poner más de 300 baldosas. Quizás no todos los vecinos de Almagro y Balvanera por Memoria y Justicia veamos coronada la obra. No importa en la medida en que otros la sucedan… Más allá de las frías cifras, queremos destacar que la paciencia de algunos vecinos reunidos los jueves en la Casona Cultural de Humahuaca (gracias a la cariñosa hospitalidad de Guillermo y su gente) logró triplicar los listados oficiales. Además los enriqueció de modo cualitativo: conseguimos fotos, salvamos errores, labramos historias de vida junto a familiares, amigos y cumpas. También encontramos descripciones de torturas infligidas por los verdugos en material sobre los juicios. En todos los casos (sin renunciar a exigir el castigo de sus victimarios) priorizamos lo que nuestros vecinos hicieron en vida, por sobre lo que sus verdugos hicieron con ellos. Ver nuestro último esfuerzo: www.memorialmagro.blogspot.com, blog alimentado desde distintos lugares del mundo y hasta con la historia novelada por un vecino impactado al leer en la escritura de su departamento respecto de un propietario anterior: muerte presunta por desaparición forzada. Entonces, nos importa resaltar que nuestro emprendimiento apostaba (y, lo sigue haciendo) a marcar un barrio, donde no hay mas marcas que las publicitarias, los pasos de quienes fueron masacrados por buscar un mundo mejor. Lo hacemos porque entendemos que los barrios (también el mundo) son -por acción u omisión- una construcción colectiva de sus habitantes. No llegamos a imaginar que nosotros mismos seríamos marcados en cada encuentro. Labrar los nombres de Daniel Alberto Daroqui (Hippie: motoquero, estudiante apasionado de arquitectura) y Jorge Arturo Daroqui (Gallego: viajante de comercio) con sus hermanos Matilde y Raúl, escribirnos con María Julia, leer las historias de vida escritas por la familia, compartir reuniones con el amigo Eduardo y conocer hoy a Rut y Camila (mujer e hija de Jorge) no sólo nos emociona y alimenta nuestro decisión de vivir en un barrio con memoria. Nos hace hacer, pensar y sentir distinto. Gracias a los vecinos que nos acompañan. Gracias, a los miembros de un consorcio que desde ahora contará con el privilegio de lucir una marca no publicitaria. Gracias a dos hermanos que atravesaron 50 y 1000 km. para acompañarnos. Gracias a María Julia Daroqui (su marido y su hijo) que nos acompañan desde Barcelona. Gracias a Eduardo y su gente. Gracias a los vecinos de Lugano por haber homenajeado a Juan Carlos Daroqui (otro de los 6 hermanos Daroqui, homenajeado en el lugar donde militaba) Gracias a Herman@s y otros organismos de DDHH. Para no caer en olvidos (involuntarios y molestos) gracias a todos los que buscan hacer de la memoria una herramienta para mejorar el presente. Memoria de los que precedieron nuestros pasos por la vida, que entregamos enriquecida en cada encuentro a los que la sucedan…

Fecha de Desaparición o Asesinato: 
Hace 38 años 32 semanas
Barrio: 
Almagro