Bacchetti Huerta
Bacchetti Huerta Daniel Eduardo y Vitale García Graciela Ivonne [Fueron secuestrados DD] ¡Presentes! Daniel (Pato) tenía 21 (CONADEP 9196, denuncia 4023. DNI 11.973.770) era campeón juvenil de tenis de mesa de Córdoba Graciela tenía 20 años (CONADEP 9197, denuncia 4024 DNI 12.937.864 CI 177796 Cba) era trabajadora social Ambos fueron secuestrados el 13 de mayo de de 1977 en Bogado 4562, 5º A Estudiaron en el Colegio Nacional Manuel Belgrano de Córdoba, cuyo rector Tránsito Rigatuso (gestión Ivaniossevich) rinde cuentas en la justicia por delatar alrededor de una decena de estudiantes (Ver: Ana Mariani, La vida por delante. La tragedia de los chicos del colegio Manuel Belgrano, Córdoba) Su hijita Patricia (3 meses) que quedó al cuidado de sus abuelos Enviar fotos, historias de vida y cualquier información sobre Daniel y Graciela a memoriayjusticialmagro@yahoo.com.ar Juicio contra la memoria Sonia Torres culpó al ex interventor de una secundaria de señalar a su nieta secuestrada, algo ya probado en un juicio. Mañana se sabrá el fallo en la querella que le inició. El Manuel Belgrano fue especialmente golpeado por la intervención de Tránsito Rigatuso. Fue en tiempos de Ivanissevich. Después, vinieron los secuestros de alumnos y ex alumnos. Por Mónica Gutiérrez Eran niños que no entendían qué estaba pasando, que en sueños llamaban a sus madres. Muchos de ellos no tenían ni la sombra de una barba en su rostro. Uno me dijo una vez: Voy a morir sin haberme enamorado nunca, sin haber dado un beso a una piba. Debe ser lindo saber cómo es el amor... Así recordó Graciela Geuna, sobreviviente de La Perla, en el libro de Roberto Reyna, a los estudiantes de la Escuela Manuel Belgrano secuestrados en el más siniestro campo de concentración instalado por los militares en Córdoba durante la dictadura. Tránsito Rigatuso, director del colegio entre el 74 y el 76, no fue un personaje menor en la trágica desaparición de los jóvenes. Hasta un fallo judicial lo señala como quien señaló a los chicos ante el Tercer Cuerpo de Ejército. Pero Rigatuso denunció por calumnias a la abuela de Plaza de Mayo Sonia Torres, por haberlo dicho. La querella derivó en un juicio que concluye mañana, cuando se conozca el fallo. A partir de 1970 se inauguró en el Belgrano un nuevo plan de estudios con el que se pretendía inculcar el sistema de libertad responsable. Las autoridades incentivaron a los chicos a elegir delegados para el entonces Club Estudiantil, que luego pasó a ser el Centro de Estudiantes. La participación de los jóvenes se hizo premisa en el colegio hasta que en 1974 llegó la intervención de Tránsito Rigatuso, representante de la derecha del justicialismo, de la mano de Oscar Ivanissevich, por entonces ministro de Educación del gobierno de Isabel Perón. Acompañado de su secretario académico Hugo Lafranconi (hoy vocal del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba) implementó el miedo y la intimidación como normas en la escuela y a poco de su llegada comenzó a perseguir a los delegados estudiantiles. Más de una vez llamó a sus padres y los amenazó con entregar los nombres de sus hijos a las fuerzas de seguridad. Rigatuso dejó el cargo a la semana del golpe, pero la siniestra eficacia de su gestión quedó plasmada en las muertes y secuestros que ocurrieron entre el 76 y el 78, cuando Córdoba conoció su propia y larga Noche de los Lápices… Graciela Vitale y Daniel Bachetti se enamoraron en el Belgrano y se casaron antes de terminar el secundario. Al poco tiempo se mudaron a Buenos Aires y en enero del 77 vieron nacer a su hija Patricia. El 13 de mayo fueron secuestrados en su casa por un grupo de tareas. La Fogata digital Daniel Bachetti, jugador desaparecido 23/03/06 Daniel Bachetti, junto a su mujer Graciela Vitale, fueron secuestrados durante la dictadura militar. Conocí a Daniel, y tengo entendido que fue Campeón Juvenil de Córdoba. Me consta que era un muy buen jugador ya que he jugado con él en varias oportunidades en el Centro Vecinal 25 de Mayo (www.tenisdemesa.org.ar) Ana Mariani, autora de La vida por delante, es periodista, especialista en derechos humanos y trabaja desde hace 22 años en el diario La Voz del Interior. En el año 2005 fue seleccionada finalista del Premio Nuevo Periodismo, de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano que dirige Gabriel García Márquez, como coautora de la publicación multimedia El horror está enterrado en San Vicente sobre las exhumaciones de detenidos desaparecidos en ese cementerio de la ciudad de Córdoba. En La vida por delante Mariani describe, con rigor, el destino de Silvina Parodi, una joven de 21 años, secuestrada en 1976, con ocho meses de embarazo, quien tuvo a su hijo en cautiverio y fue asesinada tiempo después. El libro, de más de 200 páginas, también recorre las vidas de Graciela Vitale, Daniel Bacchetti, Pablo Schmucler, Claudio Román, Gustavo Torres, Walter Magallanes, Raúl Castellano, Fernando Avila, Jorge Nadra y Oscar Liñeira. Todos ellos, compañeros de secundaria de Silvina, desaparecieron, uno a uno, luego de que la dirección del Colegio Manuel Belgrano entregara las listas con sus nombres al general Luciano B. Menéndez (www.hcdn.gov.ar) Uno de los grandes afectos de Silvina Parodi era Graciela Vitale. Vivían en la misma zona. Las dos eran muy queridas. Tenían distintos caracteres, pero las dos eran muy sociables. Invitaban a sus casas a compañeros y amigos para estudiar, conversar, tomar mate o escuchar música. Graciela era un torbellino. Organizó la recaudación para el viaje de fin de año. Tenía 13, quizá 14, cuando comenzó con las americanas […] La idea de vender panchos duró un suspiro. Las salchichas fueron requisadas. Era un elemento perecedero y no tenían permiso bromatológico. Cuando otros cursos se enteraron, empezaron a movilizarse para poner en marcha lo que llamaron el operativo de liberación de las salchichas. En los pizarrones aparecieron dibujos de salchichas encarceladas con la leyenda: por una Navidad sin salchichas presas. Ganaron por cansancio. Las salchichas fueron liberadas y se recaudaron fondos para el viaje y la fiesta de egresados. Silvina y Graciela eran consideradas los motores de toda iniciativa. Tuvieron oportunidad de volver a demostrarlo cuando cumplió 15 años Mabel Paira. La familia de Mabel estaba quebrada. Su papá en concurso de acreedores y su mamá enferma. Mientras Mabel estaba en la clase de Educación Física, Silvina y Graciela movilizaron a sus compañeros y la esperaron en su casa con la mesa puesta y las canciones de Serrat. También para Graciela Vitale el festejo de sus 15 fue algo más que una simple fiesta […] aquel 10 de octubre de 1971 apareció en su vida Daniel Bacchetti. Él estaba en la fiesta pero el comentario era que tenía novia. Sin embargo, a los pocos meses: principios de 1972, le propuso noviazgo y desde ese momento no se separaron. En el Belgrano eran como una sola persona. Una de las más inquietas delegadas del curso era Ingrid Goobar, alias la Grucha. Era más chica que Graciela y Daniel y siempre los admiró. Tanto Ingrid como sus compañeras sentían cierta envidia hacia ellos: -No desperdician ni un minuto del recreo-, -Siempre de la mano o abrazaditos-, -¿Alguna vez viviré un amor así?- A Daniel lo apodaban Príncipe Valiente. Las chicas morían por charlar con él, aunque para él lo único que existía en el mundo era Graciela: -Si lo único que sabe es jugar al ping pong-, -No seas envidioso- Se reunían en la casa de Beba, la mamá de Daniel. Tenían una pieza donde conversaban sobre política y las organizaciones estudiantiles. La militancia de Graciela y Daniel comenzó en la Juventud Guevarista. Rodolfo Novillo era su responsable. Cuando Rodolfo hablaba con otro compañero de la agrupación no podía ocultar lo contento que estaba con ellos: -Tienen una convicción impresionante. Son cariñosos y jodones- […] Una vez Daniel tuvo inconvenientes con una volanteada y Graciela encontró la oportunidad para reprocharle a Rodolfo: ¿Viste que tendría que haber ido yo? No me tenés confianza porque soy mujer. La familia de Graciela al principio pensaba que Daniel la influía en las actitudes rebeldes de su novia. Con el tiempo comprobaron que Graciela tomaba las decisiones. Desde muy joven, Graciela se perfilaba con firmeza y liderazgo. Defendía sus puntos de vista con ímpetu. Levantaba argumentos claros y era difícil rebatirla. La pareja trabajaba en los barrios más pobres de la capital cordobesa y en la política estudiantil. Soñaban en hacer realidad la frase del Che: el presente es lucha, el futuro es nuestro… Graciela tenía uno de los mejores promedios. Había hecho los merecimientos para ser abanderada pero ya no estaba en el colegio porque se había casado con Daniel Bacchetti. El trabajo y la militancia, más los cuestionamientos al sistema policíaco que se había instalado en los pasillos del Belgrano y las persecuciones que no estaban dispuestos a aceptar fueron quizá los motivos para que Graciela y Daniel se fueran poco antes de recibirse. El 19 de junio la preceptora entró al aula de las compañeras de Graciela y les dijo: Vitale tendría que ser una de las abanderadas pero, lamentándolo en el alma, no va a poder ser porque decidió irse. Además de Graciela, había otros alumnos que estaban entre los promedios más altos: Silvina Parodi, Silvia Naishtat, Mabel Paira, Mónica Donato, Daniel Bachetti, Pablo Smucker y Nando Fernández. Habían cometido el mismo pecado: participar en el centro de estudiantes o ser delegados de curso. La nueva dirección de la escuela no estaba dispuesta a que alguno de ellos llevara la bandera –Esto es un mazazo. Graciela no sólo estudia sino que es una excelente compañera-… La Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano comenzó a sufrir los embates de un grupo que se apropió de ella en abril de 1974. Tránsito Rigatuso (nombrado director por el rector de la Universidad de Córdoba: Mario Víctor Menso) no contaba con antecedentes y sostenía haber conocido al Che en el Deán Funes. Con él (y su secretario académico Hugo Lafranconi) entraron: Gabriel Pautasso, Juan Domingo Tejeda, Mario Zenón y Juan (Chino) Segovia […] Zenón fue exonerado por haberle pegado al Negro Walter Magallanes cuando convocaba a una Asamblea. Ese 7 de noviembre, Rigatusso se vio obligado a sustanciar un sumario administrativo contra su empleado… Hasta la llegada de Rigatusso, las distintas agrupaciones estudiantiles mantenían sus diferencias. A veces se unían para las manifestaciones, pero discutían sus distintas posturas. Frente a la irrupción de Rigatusso, se unieron hasta los independientes como el grupo dirigido por Daniel Barraco. Rodolfo Barraco (padre de Daniel vice-director del Belgrano desde 1968 y uno de los artífices del nuevo plan de estudios) fue dejado cesante después de denunciar en La Voz del Interior en marzo de 1975 lo que llamó: belgranicidio. A dos semanas de haber comenzado las clases una estudiante de 13 años (Adriana Saint André) fue encontrada herida en el gimnasio. La interpretación de las autoridades del colegio fue que se había automutilado. El 14 de abril de 1975 se realizó una Asamblea y el 15 fueron suspendidas las clases por indisciplina. Rodolfo Saint André (padre de Adriana) acusa a la ex-profesora Inés Beatriz Valdez de Lascano Colodrero y a los alumnos Goobar y Feinblatt de obligar a su hija a mutilarse para inculpar a Rigatusso. Antes el dictamen del fiscal Muscará cometía la imprudencia de mencionar a menores de edad como Claudio Orosz… Una mañana apacible de un domingo de abril de 1975 Graciela iba a la Terminal de ómnibus de Córdoba. Esperaba a un compañero que venía de Buenos Aires con un correo que tenía la misión de entregarle material bibliográfico e instrucciones para el grupo al que pertenecían ella y Daniel. Cuando encontró a su compañero, tomaron un colectivo urbano. A las pocas cuadras fue interceptado por la policía. Subieron agentes a los gritos pidiendo documentos y les dijeron a Graciela y a su compañero que estaban detenidos. Los llevaron a la central de la Federal en la Avenida Hipólito Yrigoyen. Alguien les avisó a los padres de Graciela que habían realizado un procedimiento en la casa de su hija. Enseguida fueron al barrio Las Palmas, donde vivía la pareja. Se encontraron con que la policía había tomado la vivienda apoderándose de documentos personales, libros, revistas, casetes de música, fotografías y una máquina de escribir. Al observar la casa tomada, la mamá de Graciela le decía a una vecina que había visto el procedimiento: ¡Pero qué locura! La policía puso colchones en las ventanas como si fueran los delincuentes más terribles. Con urgencia, los padres de Graciela se presentaron con un abogado en la Federal: Queremos saber si aquí está Graciela Vitale. -Aquí no hay ninguna persona con ese nombre- -Sin embargo, nos avisaron que estaba aquí- -Les repito que aquí no hay nadie ¿No será que está en la Policía de la Provincia? Graciela estaba allí. La ficha de la Policía Federal decía: Graciela Vitale. ERP. Hija de Francisco Humberto y de Eustaquia Virginia García. Nacida el 10 de octubre de 1956. Casada con Daniel Eduardo Bacchetti. Estudiante. Domicilio: Arrecife 59, Barrio las Palmas, Córdoba. Como era domingo, la radio y la televisión transmitían partidos de fútbol. Los policías estaban entretenidos escuchando los goles de sus equipos. A Graciela se le había ocurrido una idea, pero para llevarla a cabo necesitaba hacer un recorrido y ver los movimientos de los policías. La habían dejado en una habitación con una ventana a la calle. En un descuido de los fanáticos del fútbol, dio un salto a la vereda y ¡a correr! Cuando la guardia se dio cuenta de la fuga, hizo unos disparos al aire. Allí comenzó una carrera desesperada. El presente es lucha, el futuro es nuestro… Corrió hasta alejarse lo suficiente de la zona peligrosa. Cuando se dio cuenta de que no la seguían, subió a un taxi para llegar a la casa de una amiga. Comenzó a revisar sus bolsillos y se dio cuenta de que no tenía dinero –Me va a disculpar, señor ¡Qué cabeza la mía! Olvidé mi monedero ¿Usted aceptaría mi reloj como pago del viaje?- -Por supuesto, no se haga problemas- (el precio del reloj permitía pagar varios viajes) Nadie dudaba a esa altura de la valentía de Graciela, pero muchos se preguntaban ¿Alguien se puede escapar de la Policía Federal de la ciudad de Córdoba con tanta facilidad? ¿Por qué la dejaron en una habitación con ventana? La policía había allanado la casa de la mamá de Daniel. Le dijeron que Graciela estaba detenida y querían saber dónde estaba su hijo –Daniel no vive aquí, no sé dónde puede estar-. -Más vale que aparezca porque la tenemos a ella- le contestaron. Cuando se fueron, Beba llamó al papá de Daniel para que junto con unos vecinos trataran de ubicar a su hijo. En ese momento, Daniel venía caminando por la vereda de enfrente de la casa de su mamá y se dio cuenta de que algo estaba sucediendo. Siguió de largo y subió a un colectivo. El padre y un vecino que lo acompañaba lo vieron y lo siguieron con el coche. –Haremos lo siguiente: en una de las paradas, te subís al ómnibus y le avisás a Daniel que baje y yo lo levanto en una esquina- Hicieron eso y el papá llevó a Daniel a una quinta cercana (Unquillo) para que se quedara allí hasta que apareciera Graciela y decidieran cómo seguir. Cuando ella dio señales de vida se fue al que sería un escondite por poco tiempo. Alguien allegado a la Policía Federal le sugirió a un pariente de la familia Vitale que Graciela y Daniel se entregaran […] Para no hacerlo peregrinaron de un lugar a otro hasta que, después del golpe del 24 de marzo de 1976, decidieron viajar a Buenos Aires. Graciela era consciente de que su padre nunca había estado de acuerdo con su militancia y entendía que todo lo que había hecho era para salvarla […] Su papá le ofreció ayuda para que se fueran del país. Incluso estaba dispuesto a acompañarlos él mismo. No debe haberle resultado fácil, pero conociendo las ideas de Graciela y Daniel les propuso viajar a Cuba. No aceptaron. En junio de 1976 Graciela escribió a su padre: este año he aprendido a tener lo indispensable y ser feliz […] y sin más vueltas va el mejor regalo que puedo ofrecerte ¡Vas a ser abuelo! El 12 de enero de 1977 nació Patricia en el Hospital Español. El mismo día la mamá de Graciela viajó a Buenos Aires. Virginia estuvo unos días con su nieta, su hija y Daniel. En Buenos Aires la pareja tenía contacto sólo una tía de Graciela. El 12 de mayo Patricia cumplió cuatro meses. El 13 de mayo perdió a sus padres. Un vecino vio cuando se los llevaban –Serían las 4 de la mañana. Cuando miré por la mirilla, vi que estaban rompiendo a golpes la puerta. Lograron destrozar la cerradura. Estaban vestidos de civil, con armas largas. Sacaron a los dos jóvenes a los empujones y encapuchados- El mono-ambiente del quinto piso en el que vivían Graciela y Daniel tenía una ventana que daba a la calle. Con seguridad, habrán observado desde allí el despliegue del operativo. Es posible que hayan advertido que no tenían escapatoria. Los habían rodeado. Los últimos deseos habrán sido que a su beba no le hicieran daño. No podrían verla crecer, jugar. No podrían hacer realidad el sueño de un país diferente para los tres. En unos segundos, se hizo trizas la frase que acompañó sus luchas: el futuro es nuestro… Luego de que fueran secuestrados por un grupo de tareas en Bueno Aires, su pequeña hija fue entregada a unos vecinos, que la llevaron a una seccional policial. La niña fue criada en Córdoba por los padres de Graciela. Hoy es periodista y vive en Madrid… Ana Mariani La vida por delante. La tragedia de los chicos del colegio Manuel Belgrano, Córdoba, Ed. del Boulevar, 2006