Pinus
Pinus Tolchinsky Mónica Susana [vivió DD] ¡Presente! Mónica (Lucía) (DNI 10.892.275; SDH 619) 27 años, fue secuestrada el 12 de marzo de 1980 en el Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro cuando regresaba al país. Estudiaba Sociología y vivía en Córdoba 3386 Enviar cualquier información sobre Mónica memoriayjusticialmagro@yahoo.com.ar Emprendedora, luchadora, de sonrisa contagiosa, Mónica era una de esos tantos jóvenes que, disconformes con la realidad de su país, decidió comprometerse y jugarse por un cambio. Luego de recibirse en el Bachiller Normal N° 1, Mónica continúo sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, en la carrera de Sociología. En el año 1972 se conmueve ante la detención de su primo Dani quien luchaba en contra del gobierno militar entonces. En este contexto decide sumarse a la Juventud Peronista. A la vez que seguía con sus estudios, y trabajaba como empleada administrativa, Mónica militaba en los barrios de Williams Morris y Hurlingam, en el antiguo partido de Morón, ayudando a las mujeres del barrio a organizarse en tareas comunitarias. El suyo no era sólo un proyecto político sino un proyecto de vida. El 30 de agosto de 1974 se casó con Edgardo Binstock, con quién compartía sus ideas y esfuerzos por la construcción del país que anhelaba para sus hijos Ana Victoria y Miguel Francisco. Durante esa época, mas precisamente en 1975, que Mónica fue baleada, y luego secuestrada y torturada en la brigada de San Justo. Al poco tiempo logra recuperar su libertad; su sonrisa ya no era la misma, los tiempos habían cambiado. A principios de 1979, debido al constante terrorismo ejercido por el estado, decide junto con su familia salir de la Argentina. Continúa desde el exterior, su lucha contra la dictadura militar. Cuando en 1980 decide regresar al país, es detenida en un operativo conjunto entre las Fuerzas Armadas argentinas y brasileñas, en el marco del denominado Operativo Cóndor, en el aeropuerto de Río de Janeiro y trasladada, a la Argentina, donde nunca más se supo de ella. Tenía 27 años. Hoy, después de 28 años, tu compromiso y tu amor nos impulsa a tomar tu ejemplo y tratar de hacer lo que este a nuestro alcance para transformar esta realidad. Vieja queremos que sepas, que a pesar de no estar con nosotros, no pasa un día sin que te agradezcamos tus ganas de vivir, tu fuerza y tu increíble valor, el cual nos acompaña para no bajar los brazos y seguir adelante. Tu sonrisa nos guía, tu recuerdo nos compromete. Tus hijos, Ana y Miguel. Tu esposo. Los vecinos de Almagro esperábamos la visita de Ana para conocer la dirección donde vivía su madre. En ese ínterin una participante de nuestro colectivo escribe que la dirección de Moni coincide con la de la pareja Tamburini-Magnet. Cuando Ana y Miguel se acercan a nuestro espacio el 7-2-08 se confirma el dato. Es posible que el intercambio con instituciones como DDHH (Ciudad o Nación, Facultad de Filo, etc) lo hayan brindado (de otro modo, la vecina que brindó la información hubiera sido susceptible de merecer de la hoguera… No se acaban ahí las coincidencias: el sobrino de Tamburini y el hijo de Pinus se conocieron en París el 24 de marzo último y acordarán entre ellos el momento de poner las baldosas… Sentencia del juez Claudio Bonadío (continuación) 12 de Septiembre de 2002 - Causa 6859/98 2.2b) Marzo de 1980 en Río de Janeiro, Brasil y Campo de Mayo, Provincia de Bs As: El 11 de marzo de 1980 Horacio Domingo CAMPIGLIA y Mónica Susana PINUS de BINSTOCK salieron desde Panamá en el vuelo VIASA N° 344, trayectoria Panamá-Caracas-Río de Janeiro. Los nombrados fueron aparentemente detenidos al día siguiente, 12 de marzo, en Río de Janeiro y puestos a disposición de las autoridades argentinas (ver recurso de habeas corpus de fs. 1/3). Del INFORME N° 2 que da cuenta de las bajas producidas en la organización Montoneros surge con exactitud la fecha de detención de Petrus (CAMPIGLIA) y Lucía (PINUS), 12 de marzo, con el rango correspondiente a cada uno de ellos dentro del Ejército Montonero y su tarea específica dentro de la organización, el primero como Conducción Táctica y la segunda como integrante del grupo TEI, hay también sobre el margen derecho, manuscrito, los apellidos de cada uno de los nombrados en el documento. A fs. 807/808 prestó declaración ante el suscripto Pilar CALVEIRO de CAMPIGLIA, viuda de Horacio Domingo CAMPIGLIA, quien había sido secuestrada y mantenida en cautiverio en distintos centros clandestinos de detención entre mayo de 1977 y el 25 de octubre de 1978. Luego de lo cual emigró a España con sus dos hijas y después a México. La nombrada refiere que a raíz de su detención y posterior liberación la conducción nacional de la organización Montoneros no le tenía confianza y se oponía a que vuelvan a vivir juntos. Se despidió de CAMPIGLIA en México el día 7 de marzo de 1980 y hacia fines del mismo mes tomó conocimiento de su detención por intermedio de un compañero de militancia de aquél (Conf. declaración de Edgardo BINSTOCK glosada a fs. 823/824) La deponente refirió que el diario La Razón de Buenos Aires, había levantado unas declaraciones que aparecieron en el Journal do Brasil según las cuales el avión en el que viajaban CAMPIGLIA y PINUS había sido rodeado por fuerzas de seguridad de habla portuguesa y ellos dos habían sido separados del resto de los pasajeros. Y agregó que la desaparecida PINUS había gritado el nombre de ambos mientras se resistía al secuestro. Este testimonio es coincidente con la referencia que da Silvia TOLCHISNKY en su deposición ante el tribunal (fs. 1436/1441) cuando refiere que uno de los miembros del grupo que tenía a cargo su custodia y respondía al apodo de Melena, al enterarse que PINUS era su prima le dijo que él había participado del secuestro y que ésta se había resistido y le pegaba carterazos. CALVEIRO también refirió que su marido y PINUS viajaban con identidad falsa, en el mismo avión pero separados por cuestiones de seguridad, y que la segunda había tenido un problema con su documentación previo a abordar el avión en Panamá. Asimismo dijo que dada la forma en que se produce el secuestro de los nombrados en el Aeropuerto de Río de Janeiro, alguien había pasado el dato a los servicios de inteligencia del Estado Argentino, agregando que en función del lugar que ocupaba CAMPIGLIA dentro de la conducción nacional no podría haber sido ninguno de los caídos entre el 21 de febrero y la fecha del hecho, ya que éstos integrantes de la organización nunca podrían haber sabido sobre los movimientos de un miembro de tan alta jerarquía. Todo ello que para poder realizar y coordinar una operación como la desplegada al arribo del vuelo a Río de Janeiro, debían saber necesariamente qué identidad de cobertura estaban utilizando CAMPIGLIA y PINUS como así también la fecha del viaje o en su defecto en qué vuelo venían. A fs. 823/824 se encuentra glosada la declaración testimonial de Edgardo BINSTOCK, viudo de Mónica Susana PINUS, quien en aquél entonces formaba parte de la organización Montoneros y estaba encuadrado bajo el mando de CAMPIGLIA al igual que su esposa (ver INFORME N° 3 fs. 1337) dice haber viajado a Brasil a fines de febrero de 1980 proveniente desde México utilizando identidad falsa a fin de resguardar su seguridad. Su misión en Río de Janeiro era alquilar una vivienda para instalarse junto a su esposa y CAMPIGLIA, lo que hizo en una zona alejada del circuito turístico de la ciudad, como así también se dedicó a amueblar el departamento. Para contactarse con los nombrados el declarante tenía una habitación en un hotel al cual ellos lo llamaron y habló con PINUS quién le informó que la semana próxima viajarían para Río de Janeiro. Desde dicha conversación comenzó a correr el plazo para que BINSTOCK cubriera la cita que había sido pactada en una esquina del centro de la ciudad, lo que cumplió concurriendo a la cita durante toda la semana y llegado el día viernes con resultados negativos sacó pasaje hacia México y emprendió el regreso. BINSTOCK refiere que fue él prácticamente que da la noticia de la caída de CAMPIGLIA, una vez en México se contactó nuevamente con la organización y le dijeron que el nombrado no tenía un control pactado con la conducción nacional sino que se comunicaría cada tanto. Asimismo manifestó que para ese entonces tampoco se sabía de las detenciones del grupo que había entrado a operar en el país, ya que de eso se enteró una vez que regresó a La Habana donde estaba la sede de la secretaría general de Montoneros. También relacionado con el secuestro y desaparición de Mónica Susana PINUS y Horacio Domingo CAMPIGLIA es parte de la prueba recabada en el sumario la respuesta al exhorto internacional dirigido a las autoridades brasileñas que se encuentra reservado en Secretaría. Del mismo surge información relacionada con los hechos que estuvo publicada en los periódicos O Estado de Sao Paulo (abril de 1980) y Journal do Brasil (junio de 1983) extrayéndose de este último que hubo un testigo del hecho que, sin perjuicio de haber equivocado la fecha en que el mismo ocurrió, refirió haber presenciado el secuestro de los nombrados en la pista del aeropuerto Galeao en Río de Janeiro al arribo del vuelo proveniente desde Caracas, cuando cerca de 20 o 30 hombres hablando en portugués formaron una especie de cordón de aislamiento en la pista separando a los dos argentinos del resto del pasaje mientras que PINUS gritaba sus propios nombres pidiendo auxilio y diciendo que estaba siendo secuestrada (fs. 230 y ss. de la Carta Rogatoria Nº 9081) Lo antedicho fue abonado también por el Presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Río Grande do Sul, Jair KRISCHKE, quien informó: la mujer, al notar la presencia del grupo de hombres de civil al costado del avión que separaban a los pasajeros, empezó a gritar su nombre y el de Horacio CAMPIGLIA, pidiendo socorro y diciendo que estaban siendo secuestrados. Vale dejar sentado que CAMPIGLIA viajaba bajo la falsa identidad de Jorge Pinero (fs. 115) y PINUS hacía lo propio bajo el nombre de María Cristina Aguirre de Prinssot, pasaporte N° 9.796.421, LC 10.835.420 (fs. 204) La rogatoria dice asimismo que los desaparecidos CAMPIGLIA y PINUS salieron de Panamá como ya se ha dicho y debieron efectuar trasbordo luego de su arribo a Caracas a un avión de la empresa brasileña Varig. Recientemente, se recibió en el Ministerio de Justicia de la Nación, proveniente del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, una importante cantidad de documentación desclasificada referida a las masivas violaciones de derechos humanos ocurridas en nuestro país durante la última dictadura militar. Entre dichos documentos que se encuentran agregados a la causa y cuya descripción detallada se realiza en el considerando 3.2, surgen elementos centrales al analizar el caso puntual de las desapariciones de Horacio CAMPIGLIA y Susana PINUS de BINSTOCK. En un memorandum del 7 de abril de 1980 el Oficial Regional de Seguridad de la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica, James J. BLYSTONE y dirigido al Embajador daba cuenta de una conversación con una fuente de inteligencia argentina. La reunión había tenido lugar el 2 de abril de ese año y en la misma Blystone preguntó a la fuente qué había pasado con los dos montoneros que desaparecieron entre Méjico y Río, la respuesta le fue dada en la más estricta confidencialidad y así la fuente informó: la operación fue desplegada por el batallón de inteligencia 601, a raíz de la captura e interrogatorio de otro montonero supieron que éste último tenía una cita con aquellos a celebrarse en Río de Janeiro, le dijeron al detenido que si colaboraba viviría y les entregó la información referente al día y hora de la cita. El reporte refiere que los dos montoneros de Méjico eran Horacio CAMPIGLIA -y aclara: número 4 ó 5 en la estructura Montonera... quien estaba a cargo de las operaciones TEI, y Susana de BINSTOCK. Continúa diciendo que los miembros del batallón de inteligencia 601 contactaron a sus pares de la inteligencia brasilera para pedir permiso para llevar adelante una operación destinada a capturar a dos miembros de Montoneros que viajaban desde Méjico a Río de Janeiro. Una vez concedido el permiso un equipo especial de argentinos viajó al Brasil en una aeronave C130 de la Fuerza Aérea Argentina, bajo el comando operacional del teniente coronel ROMÁN y ambos militantes Montoneros fueron capturados con vida y todos regresaron a la Argentina en el C130 pero los miembros del batallón de inteligencia 601 dejaron un hombre y una mujer registrados en un hotel con la documentación con que viajaban CAMPIGLIA y PINUS para que no salte la alerta. Finalmente el Oficial de la Embajada Norteamericana refiere que al momento de transmitir el mensaje a sus superiores del Departamento de Estado los dos detenidos estaban con vida en nuestro país alojados en la cárcel secreta del Ejército, Campo de Mayo (Conf. “ARGENTINA DECLASSIFICATION PROJECT -Human Rights Abuses in Argentina 1975-1984 Departament of State, USA, volumen 29 de 34- documento V29-3) Este elemento despeja cualquier tipo de duda sobre la participación de la inteligencia Argentina en los secuestros de CAMPIGLIA y PINUS, pero volveremos sobre eso más adelante, lo importante aquí es destacar que en ese mismo reporte el funcionario diplomático Blystone da cuenta de que en los pasados diez a quince días doce miembros de un grupo TEI de Montoneros habían sido capturados cuando intentaban reingresar al país. Da además detalles específicos como ser el modo en que intentaban su regreso a la Argentina y los objetivos militares que los mismos tenían, este es otro elemento fundamental que da cuenta de la participación del batallón de inteligencia 601 en los hechos bajo investigación. 2.2c) Marzo de 1980 en la Ciudad de Buenos Aires y Conurbano Bonaerense: Según el INFORME N° 1, el día 19 de marzo de 1980 a las 16:00 horas en una cita realizada en la ciudad de Luján, Provincia de Buenos Aires, es detenido (NG) Manuel, quien habría ingresado al país el día 12 de marzo. También se da cuenta de la detención de (NG) Raúl y aclara: también integrante de la TEI N° 2. Allí mismo se da cuenta de que quedaba una cita pendiente con (NG) Fermín y continúa: es otro de los integrantes del TEI del (NG) Chino, para el 20-3-80 a las 16:00 horas. Se conoce el domicilio del DT Fermín, pero a los efectos de evitar mayores riesgos, se procurará detenerlo a éste en una cita y no en su domicilio. Agrega: El día 20-3-80, a las 16:00 horas, en una cita realizada en la Estación Martínez (Pcia. Bs. As.) del FFCC Gral. Mitre, es detenido el DT Fermín... 2.2d) Junio de 1980 en Paso de los Libres, Provincia de Corrientes y Campo de Mayo, Provincia de Buenos Aires: Entre la documentación que forma parte de la prueba de este sumario se encuentra agregado el legajo CONADEP Nº 400 relacionado con el secuestro y posterior desaparición del sacerdote de la orden de los Padres Agustinos de la Asunción Jorge Oscar ADUR. Según un comunicado de prensa emitido por la conducción nacional del Movimiento Peronista Montonero (MPM) el día 7 de septiembre de 1980, el capellán montonero viajó a la Argentina con el objeto de cumplir con una misión que implicaba diversas tareas a saber: tareas de solidaridad; siempre fue para el P. Jorge motivo de preocupación especial el aliento y apoyo concreto a todos aquellos que sufren las calamidades de la salvaje represión de la Junta Militar Argentina, y en esta ocasión llevaría su solidaridad a compañeros dentro del país. En segundo lugar, debía desarrollar actividades en relación a los grupos de cristianos argentinos, para llevar sus inquietudes al Santo Padre Juan Pablo Segundo, en ocasión de su visita a Brasil. En tercer lugar, entregar a los obispos integrantes del Episcopado Argentino una carta que les dirigiera el Movimiento Peronista Montonero con fecha 29 de mayo de 1980. Para eludir la acción de los servicios de seguridad de la dictadura militar, el P. Jorge ADUR viaja a la Argentina con documentación a nombre de Pedro Ramón Altamirano, con Cédula de Identidad y Pasaporte N° 5.267.166. Ingresa a la Argentina entre el 10 y el 15 de junio de 1980, pasando por la frontera entre Paraguay y Argentina desde Asunción del Paraguay y a Clorinda, provincia de Formosa, portando la documentación aludida. Nuestro último contacto con él data del 17 de junio de 1980, en el que nos informa de su situación normal, y de que tenía previsto viajar hacia Brasil a partir del día 26 de junio de 1980, pasando por el mismo puesto fronterizo y con la misma documentación… A fs. 65 del Legajo CONADEP 400 se encuentra agregada una copia de un manifiesto de pasajeros de la empresa Expreso Gral. Urquiza SRL correspondiente al servicio que partió de la ciudad de Buenos Aires el día 26 de junio de 1980 a las 12:30 horas con destino a San Pablo, República Federativa del Brasil, de dicho documento surge que en el asiento Nº 11 del vehículo No 100, chapa patente C 881.314, viajaba Pedro Ramón Altamirano, titular del DNI 4.066.191, quién había adquirido el pasaje Nº 29.630, tratándose justamente de Jorge ADUR como se ha relatado más arriba, lo que se condice con todas las versiones que se han dado sobre este hecho. A fs. 423/469 se encuentra agregadas copias del Legajo CONADEP N° 992 correspondiente a la desaparición forzada de Lorenzo Ismael VIÑAS, de la cual dio cuenta Claudia Olga Ramona ALLEGRINI. Del mismo legajo surge que Lorenzo VIÑAS viajaba en el coche Nº 7825 de la empresa Pluna que el día 26 de junio de 1980 había salido desde Santa Fe a las 11:30 horas con rumbo a Río de Janeiro, República Federativa del Brasil. El nombrado había adquirido el pasaje Nº 93.034, le había sido asignado el asiento Nº 11 al igual que Jorge ADUR y estaba utilizando el DNI 10.835.726 a nombre de Néstor Manuel Ayala a fin de asegurar su integridad. Su detención se produjo en Paso de los Libres el mismo día de su partida y antes de haber cruzado la frontera hacia Brasil. Se cuenta en las presentes actuaciones con el legajo CONADEP Nº 5011 correspondiente al testimonio de Víctor BASTERRA y reservado en Secretaría, quien durante su cautiverio en la ESMA logró fotografiar un documento titulado Bajas de efectivos de la BDT en frontera. El mismo incluye un listado de veinte personas identificadas por sus sobrenombres, el nivel o grado que revestían en la organización político-militar Montoneros, el lugar donde fueron detenidos, el mes y año en que fueron apresados y, finalmente, en una columna aparte se indica cómo fueron detectados. De dicho documento surge que en junio de 1980 en Paso de los Libres fueron detenidas cinco personas, los tres primeros eran los (NG) Carlos (NG) Toño o Toto y (NG) Mónica, los tres con nivel de miliciano fueron detectados con la colaboración de un marcador. También en junio de 1980 fueron detenidos en Paso de los Libres del mismo modo marcados (NG) Andrés y (NG) Negro Juan, ambos con nivel de teniente, si entendemos que el documento ha registrado las detenciones en la frontera cronológicamente los referidos en este punto tendrían que ser Lorenzo VIÑAS y Jorge ADUR ya que su detención se produce para fines de junio de ese año y del documento bajo análisis los referidos son los últimos apresados ese mes. Hay un dato muy preciso que surge del documento fotografiado por BASTERRA y es que al final del mismo hay una aclaración que dice: habría que agregar una cantidad no precisada -entre 3 y 5 miembros- detenidos por marcación a su llegada a Capital Federal vía ómnibus. Esto se correlaciona perfectamente con las detenciones de GENOUD, GUANGIROLI y CABILLA producidas justo a su arribo a Plaza Once desde el exterior del país.- 2.2 e) Septiembre de 1980 en Las Cuevas, Provincia de Mendoza y Campo de Mayo, Provincia de Buenos Aires: A fs. 1436/1441 se encuentra agregada la declaración testimonial que Silvia Noemí TOLCHISNKY prestó ante el suscripto en la representación diplomática de nuestro país ante el Reino de España (ver también escrito de fs. 654/657) Según su testimonio la nombrada fue detenida el día 9 de septiembre de 1980 en el cruce fronterizo Las Cuevas y dijo haber sido apresada muy temprano por la mañana, más o menos a las 8:30 horas, cuando se disponía a salir del país hacia la vecina República de Chile, para luego dirigirse a México. Refiere la deponente que al aprestarse a realizar el trámite migratorio fue separada junto con su equipaje cuando aparentemente fue identificada, ya que unas siete u ocho personas se le tiraron encima para lograr inmovilizarla. Seguidamente fue llevada aparte, le quitaron las ropas, le vendaron los ojos y la colocaron en la parte posterior de un coche, en el que la trasladaron hasta un lugar próximo al puesto fronterizo que, según cree, se trataba de una cueva dado que el lugar era frío, húmedo y con el techo muy bajo, también contaba con un baño. En ese lugar pudo percibir la presencia de muchas personas a su alrededor y entre éstas uno que le refiere que se quede tranquila, que ya es otra época en la que no se mata a los detenidos, le dijeron que la llevarían con su hermano y su cuñada, Bernardo Daniel TOLCHISNKY y Ana Dora WIESEN, quienes en la actualidad se encuentran desaparecidos (Legajo SDH N° 2086) También le dijeron que la llevarían con su prima Mónica Susana PINUS quien había sido detenida el día 12 de marzo de ese año según ya se refirió más arriba. Continuó diciendo que en un momento le traen a una persona que al ponerla a su lado le dice que él está con su hermano y que muchos de los que cayeron en los años 1979 y 1980 (que es el período en el que se desarrolló la contraofensiva planeada por Montoneros) estaban vivos, ante ello TOLCHISNKY refiere haberle contestado a esta persona echándole en cara el caso MOLFINO (quien había sido secuestrada en Lima Perú, y aparece un tiempo después muerta en España) Inmediatamente remueven a la persona que le estaba hablando. TOLCHISNKY refiere que en el momento no le creyó a su interlocutor hasta que éste le indicó ciertos detalles sobre la personalidad de su hermano que sólo podría haber sabido por haber convivido con él. Esta persona que hablaba con TOLCHISNKY era según la propia deponente Julio César GENOUD, quien había sido detenido junto con CABILLA y GUANGIROLI el día 27 de febrero de 1980. TOLCHINSKY sostiene que se trataría de GENOUD ya que fueron interrogados sobre el asunto MOLFINO en la misma habitación… En el transcurso de dicho período TOLCHISNKY supo que allí se alojaba a otros dos detenidos, desaparecidos en la actualidad, se trataba de Lorenzo VIÑAS, con el que luego tuvo contacto directo, y del padre Jorge ADUR, respecto de quienes ya hemos dado cuenta de su secuestro más arriba. Durante la noche y madrugada del cuarto día, según refirió la deponente, es interrogada mientras a su lado torturan al padre ADUR como método de persuasión para la obtención de información, el que fue trasladado días después… Durante ese período la declarante sostiene haber sido sometida a todo tipo de vejaciones y humillaciones, manifestando que durante los interrogatorios le comentaron que en un sitio cercano había unos cuarenta detenidos desaparecidos con vida entre los que se encontraban su hermano, Daniel Bernardo, la mujer de éste Ana Dora WIESSEN, María Antonia BERGER, Patricia LESGART, Guillermo AMARILLA, Marcela MOLFINO de AMARILLA; la mujer de MAGGIO; ZUCKER y su mujer; Horacio CAMPIGLIA. Incluso en dos oportunidades le alcanzaron cartas de su hermano y de su cuñada quienes también le hablaban de que había compañeros suyos vivos… En enero de 1981 se montó un operativo para representar una detención legal con el objeto de blanquear el secuestro de LEPERE, esto tuvo lugar en la zona sur de la Provincia de Buenos Aires. La operación se montó con el jefe de la comisaría de Lanús y el personal de dicha repartición se presentó en la quinta a buscar al secuestrado para llevarlo al lugar donde sería detenido legalmente. Por ese entonces trasladan a Archetti a Paso de los Libres en la frontera con Brasil para actuar como marcador o dedo. Esta modalidad implicaba que el detenido era llevado a los puestos fronterizos y se lo ponía a controlar documentos o pasajeros debiendo identificar a sus compañeros que intentaban ingresar o salir del país. Durante el mes de febrero llegan al lugar dos secuestrados más... La custodia del domicilio donde estaba secuestrada TOLCHISNKY estaba a cargo del batallón de inteligencia de Paso de los Libres cuyo jefe apellidado SIMON visitó un día a la nombrada y en ceremonia militar bautizó a TOLCHISNKY con el nombre de María, porque según el jefe militar: María era judía como ella. También había gente de Buenos Aires, presumiblemente pertenecientes al batallón de inteligencia 601. TOLCHISNKY permaneció en Paso de los Libres hasta mediados de marzo de 1982 en que fue trasladada nuevamente a Buenos Aires alojada en un departamento ubicado en la Avenida Pueyrredón entre las calles French y Peña con custodia las 24 horas del día que iba cambiando de turnos. Desde los últimos días de junio de 1983 no vive en el país, permaneció en Israel hasta junio de 1986 en que se trasladó a España donde tramitó la nacionalidad española permaneciendo en la actualidad en dicho país. Según surge de la declaración testimonial de TOLCHINSKY esta casada en segundas nupcias con Claudio Gustavo SCAGLIUSI, quien revistó como PCI con la categoría in14 y la condición de agente secreto (con nombre de cobertura Claudio Guillermo Sforza) en el batallón de inteligencia 601 entre abril de 1978 y marzo de 1983, tiempo en la cual conoció a la deponente durante su cautiverio… Edgardo Binstock es Licenciado en Sociología, egresado de la Universidad de Buenos Aires. Casado, padre de tres hijos, Binstock experimentó en carne propia el accionar criminal de la dictadura. Su hermano menor, Guillermo Daniel, fue secuestrado el 20 de agosto de 1976 y continúa desaparecido. Su primera esposa, Mónica Pinus, fue secuestrada el 12 de marzo de 1980 por el Ejército Argentino en Río de Janeiro, en una operación coordinada del Plan Cóndor. Su madre, Mina Feuer de Binstock, ya fallecida, fue una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo. Edgardo Binstock preside la Asociación Compromiso por la Vigencia de los Derechos Humanos y Sociales, con sede en la ciudad de Morón, distrito en el que se desempeñó como Director de Derechos Humanos entre 1987 y 1989. www.sdh.gba.gov.ar El CELS patrocina a los familiares de Norberto Habegger, Horacio Domingo Campiglia, Mónica Susana Pinus de Binstock… www.cels.org.ar Lorenzo Ismael Viñas, hijo de Ismael Viñas, tuvo una última conversación en octubre de 1980 con Silvia Toltinsky. Fue en un centro de tortura del Ejército Argentino en una casaquinta de fin de semana en el Gran Buenos Aires. El es uno de los tres argentinos que desaparecieron ese año en el Brasil y que fueron entregados, por lo que ahora se sabe, a los represores argentinos. Es la causa que está en manos, ahora, del juez argentino Claudio Bonadio, de quién no se puede sospechar un pasado de izquierda. Los casos de Lorenzo, de Mónica Susana Pinus y de Horacio Campiglia, desataron un vendaval en el Brasil. Los tres fueron secuestrados en este país. Lorenzo en Uruguayana; Susana y Horacio en el Aeropuerto Internacional del Galeao, en Río de Janeiro. De hecho, fueron víctimas de una de las últimas tandas de desaparecidos como consecuencia de la Operación Cóndor. Hoy, el gobierno de Fernando Henrique Cardoso asumió un compromiso: investigar, en los archivos militares de este país los últimos instantes del argentino en el Brasil y de cómo, y dónde, fue entregado a los represores argentinos. Si fue en territorio brasileño contra recibo, como ocurrió con otros capturados en territorio argentino. Silvia Toltinsky es también la testigo principal en el proceso iniciado por Bonadio que abarca a Horacio Campiglia y a Mónica. Tal como sospecha el juez argentino, quién habló con Clarín sobre el asunto, todos ellos pudieron ser secuestrados en el Brasil en el contexto de la trágica Operación Cóndor. Silvia Toltinsky es psicóloga y reside hoy en Europa. En una entrevista con el diario Jornal do Brasil, de Río de Janeiro, ella declaró estar dispuesta a contar todo lo que sabe si le dan las garantías necesarias. Contó que en su despedida de Lorenzo, en la prisión, él le alcanzó a mostrar la fotografía de su hija Paula, que tenía 26 días de vida. Fue su consuelo final www.ser.2000.org.ar Octubre 20, 2007 Argentina: La Lucha continúa EL BATALLON 601 Y LA INFILTRACION EN MONTONEROS DURANTE LA CONTRAOFENSIVA Causa con Galtieri y los misterios La causa en la que el genocida Galtieri acaba de ser detenido podría descubrir el verdadero rol de la inteligencia del Ejército, que actuaba como el Batallón 601, en la masacre de los años de dictadura. Y también confirmar detalles del Plan Cóndor y determinar de una vez si hubo infiltraciones militares en Montoneros en la contraofensiva de 1979-1980. Bonadío ordenó la detención de Galtieri y de otros 43 represores, muchos de ellos miembros de la estructura de inteligencia del SIE. Por Miguel Bonasso Si va a fondo, la Justicia argentina estará bastante cerca de descubrir el verdadero papel que jugó el Batallón 601 (nombre de guerra del Servicio de Informaciones del Ejército-SIE) en el genocidio argentino y qué ramificaciones de aquella siniestra trama siguen vigentes en el presente y pueden representar una amenaza en el futuro próximo. También podría llegar a desentrañar si existió o no infiltración militar en las filas de la organización Montoneros durante las dos fases (1979 y 1980) de la llamada contraofensiva popular. Por último, aunque no es lo menos importante, puede aportar elementos decisivos que confirmen y profundicen lo que ya se sabe acerca del Plan Cóndor, o sea, la coordinación de la represión clandestina entre las dictaduras militares del Cono Sur durante la década del 70 ¿Podrá hacerlo? La pregunta no es ociosa: esta semana el juez federal Claudio Bonadío figuró en los cables de las agencias internacionales al ordenar la detención del genocida Leopoldo Fortunato Galtieri y de otros 43 represores, muchos de ellos pertenecientes a la estructura militar de inteligencia que funcionaba y sigue funcionado en la esquina de Viamonte y Callao. La misma esquina donde hace medio siglo estuvo secuestrado el cadáver embalsamado de María Eva Duarte de Perón. La medida judicial no fue recibida precisamente con agrado por algunos jefes militares. Al cierre de esta nota todavía no se había presentado ante la Justicia uno de los imputados, el coronel retirado Herminio Simón. Los orígenes de la causa 6859/98 se remontan al 17 de febrero de 1983, cuando se interpuso un recurso de hábeas corpus a favor de 15 militantes de Montoneros que habían desaparecido en 1979 y 80, durante la contraofensiva decidida por la conducción nacional de aquella organización. La lista completa comprendía a Julio César Genoud, Verónica María Cabilla, Jorge Oscar Benítez, Ángel Servando Benítez, Lía Mariana Ercilia Guangiroli, Ángel Carbajal, Matilde Adela Rodríguez de Carbajal, Raúl Milberg, Ernesto Emilio Ferre Cardozo, Miriam Antonio Fuerichs, Mónica Susana Pinus de Binstock, Marta Elina Libenson, Angel Horacio García Pérez, Horacio Domingo Campiglia y Ricardo Marcos Zucker. Este último era hijo del conocido actor cómico Marcos Zucker. Horacio Campiglia (Petrus) era miembro de la conducción nacional de Montoneros y había sido secuestrado en Brasil, al llegar de un vuelo procedente de Caracas. Lo cual habla de una posible extensión del Plan Cóndor a los servicios de inteligencia venezolanos. La mayoría eran muy jóvenes. Muchos eran exiliados reclutados para regresar al país ante la inminencia de una contraofensiva popular que no fue y cayeron en manos de un enemigo feroz pocos días después de llegar al país. La mayoría integraba lo que Montoneros llamó las TEI (Tropas Especiales de Infantería) grupos comando entrenados en el sur del Líbano, que debían realizar operaciones en el país. Otro brazo orgánico de la contraofensiva eran las TEA (Tropas Especiales de Agitación) destinadas centralmente a tareas de propaganda, especialmente con los equipos de interferencia de los canales de televisión a través de los cuales se transmitían proclamas de Radio Liberación, Voz de Montoneros. La forma y la velocidad con que la mayoría de ellos fueron capturados, en marzo de 1980, han alimentado en el juzgado federal en lo criminal número 11 la presunción de que fueron entregados". Una presunción justificada por el modus operandi de las capturas, pero que no ha sido probada. Después de este hábeas inicial, se amplió el objeto procesal al conocimiento de las desapariciones de Lorenzo Viñas, Jorge Adur y Silvia Noemí Tolchinsky, quien luego fue liberada y actualmente se encuentra con vida. Lorenzo Viñas era hijo del escritor David Viñas y Jorge Adur era un sacerdote católico con muchos años de militancia en las villas de emergencia. Tanto Viñas como Adur fueron secuestrados en Brasil, cerca de la frontera argentina de Paso de los Libres, donde funcionaba una estructura militar de inteligencia a cargo del coronel Simón. Encargada precisamente del Operativo Murciélago: la captura de militantes montoneros que entraban o salían del país. El caso de la sobreviviente Silvia Tolchinsky, que era asistente de la conducción nacional, liderada centralmente por Mario Firmenich y Roberto Perdía, es muy distinto al de sus compañeros que desaparecieron para siempre. Estuvo secuestrada en una quinta ubicada en la calle Conesa 101, a menos de cincuenta metros de la entrada principal de Campo de Mayo y habría logrado sobrevivir porque la salvó un represor civil que integraba el 601, Claudio Scagliuzzi (47) con quien formó una pareja que dura hasta el presente. En agosto del año pasado Scagliuzzi, hijo de un general de intendencia, fue apresado en España por orden del juez Bonadío, quien ha solicitado su extradición para juzgarlo por estos mismos delitos imprescriptibles. Su situación es comprometida porque como civil no puede alegar que actuó bajo el principio de obediencia debida. Bonadío, por otra parte, ya declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en otra causa donde están detenidos el ex almirante Emilio Massera y otros cinco represores de la ESMA y nada hace pensar que no haga otro tanto en este proceso. Silvia Tolchinsky, que tiene desaparecido a su primer compañero, a su hermano y a otros dos familiares, reveló hace poco tiempo la existencia del campo clandestino donde estuvieron los secuestrados de las TEI. En una visita a Buenos Aires, hace un año y medio, reconoció la quinta donde estuvo secuestrada, que pertenecía a un civil prófugo, de quien se sospecha que también estaba vinculado al 601. La causa dormitó durante los primeros 14 años de la democracia a pesar de los esfuerzos desplegados por algunos familiares de las víctimas. Página/12 dialogó en particular con Claudia Allegrini, que fue compañera de Lorenzo Viñas y ha promovido diversas acciones judiciales con el patrocinio de Ricardo Monner Sanz. En 1997 la investigación cobra un nuevo sesgo debido a las inesperadas revelaciones de un suboficial. Recuerda Claudia: Balza se refiere públicamente a la denuncia de un sargento de apellido González, que declara saber dónde estaba enterrado el cuerpo del hijo de Marcos Zucker. Y también dice haber visto bajar de un micro de la empresa brasileña Pluna a una persona de sexo masculino, de entre 25 y 30 años de edad, peladito. Esa descripción responde a Lorenzo en el momento en que desapareció. El dato cobrará particular importancia cuando llegue a establecerse que Lorenzo Viñas fue detenido en Uruguayana, ciudad brasileña fronteriza a Paso de los Libres, que está del otro lado del río. Después fue trasladado junto con el padre Adur a la quinta de Campo de Mayo, donde Silvia Tolchinsky los vio antes de que se los llevaran a uno de los vuelos de la muerte. Claudia y otros familiares se presentaron a la Justicia dando comienzo a una nueva etapa de esta compleja y significativa investigación judicial. Que se está nutriendo con documentos secretos del Ejército y diversas policías, indicativos de que no todas las pruebas del genocidio fueron quemadas en tiempos de los generales Reynaldo Bignone y Cristino Nicolaides, como reiteradamente han sostenido -desde Balza a Brinzoni- los jefes del Ejército. En el expediente hay varios documentos del 601 sumamente elocuentes del registro minucioso que se llevaba acerca de las caídas (secuestros) de los delincuentes subversivos. Un informe de la Central de Reunión del 601 da cuenta de las detenciones producidas en Capital Federal y en Zona IV, en las que se privó de la libertad a Ángel Carbajal, Julio César Genoud, Mariana Guangiroli, Verónica Cabilla, Ernesto Emilio Manuel Ferre Cardozo, Miriam Antonio, Raúl Milberg, Ricardo Marcos Zucker, Marta Libenson y Matilde Adela Rodríguez. El expediente también logró colectar los legajos personales de los integrantes del 601, además de testimonios muy valiosos como los de Tolchinsky, Edgardo Binstock y la citada Claudia Allegrini. Los secuestros de Adur y Viñas remiten al Operativo Murciélago, para la captura de montoneros que entraban y salían del país y suponía una fluida comunicación entre Campo de Mayo, Viamonte y Callao y distintos puestos fronterizos, en especial el de Paso de los Libres, que jugó un papel esencial y macabro. En esa localidad correntina funcionaba un centro clandestino de detención y exterminio en la estancia La Polaca, cedida por su dueño (un polaco) al destacamento de inteligencia 123 del Ejército en el que revistaba el prófugo coronel Simón. En 1979, cuando el coronel Francisco J. Molina estaba al mando del destacamento, recibió la orden de organizar un sistema de marcadores para detectar el ingreso de montoneros procedentes de Brasil. El plan para el secuestro y desaparición de los montoneros que venían del exterior se denominó Operativo Murciélago y su organizador fue el coronel Carlos Alberto Roque Tepedino, uno de los imputados por el juez Bonadío. Este represor estuvo al frente del 601, en Viamonte y Callao, desde el 27 de octubre de 1976 hasta fines de septiembre de 1979. A partir de esa fecha, Tepedino pasó a desempeñarse como titular de la Secretaría de Seguridad Interior del Ministerio del Interior, función en la que permaneció hasta el 10 de diciembre de 1983, en que los militares dejaron la Rosada por imperio de su propia derrota profesional en Malvinas. Pero el general Tepedino, igual que muchos otros camaradas de armas, siguió prestando servicios durante la democracia. Esta vez como adscripto al departamento de Informática de la Jefatura II (Inteligencia de Estado Mayor) en el comando del ejército. Durante toda la gestión del teniente general Martín Balza. El juez español Baltasar Garzón ha pedido la captura de Tepedino porque se supone que podría tener en su poder los archivos que revelarían el destino final de miles de desaparecidos. El viejo e incumplido reclamo de las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas, los organismos de derechos humanos y, de manera creciente, vastos sectores de la sociedad. Algunas fuentes periodísticas lo ubican como el responsable de la maniobra que dejó definitivamente en la sombra el asesinato del conscripto Omar Carrasco. En Paso de los Libres, a las órdenes de represores como el coronel Simón, actuaron conocidos torturadores confesos como el sargento primero de la Policía Federal Héctor Julio Simón, alias el Turco Julián, actualmente preso en otra causa por robo de niños. Simón tuvo a su cargo el elenco de marcadores que se instaló en esa frontera correntina donde fueron trasegados hacia el horror clandestino Viñas y Adur. Hay en la causa descripciones de operaciones alucinantes, como el presunto suicidio de Gervasio Martín Guadix. Un montaje urdido por la inteligencia del Ejército para que Montoneros diera por muerto a un militante que estaba vivo, secuestrado y sometido a tormento. Un oficial joven, parecido a Guadix, simuló que se tomaba una pastilla de cianuro en el puente internacional que une Paso de los Libres con Uruguayana. Solo que, al estilo de las malas películas argentinas, advirtió primero que era montonero y se estaba suicidando. El verdadero Guadix, mientras tanto, moría en la tiniebla. En la misma tiniebla en que se mantuvieron, hasta el miércoles pasado, sus asesinos. FRACASA UNA INVESTIGACIÓN Sin datos sobre tres argentinos desaparecidos en 1980 en Brasil Fueron detenidos en Uruguayana y Río de Janeiro y nunca más se supo de ellos • Los militares brasileños fueron emplazados a dar información • Pero ayer afirmaron que no tienen ningún elemento disponible. Río de Janeiro. ANSA Las fuerzas de seguridad brasileñas no encontraron ningún dato sobre los tres argentinos secuestrados y desaparecidos entre marzo y junio de 1980 en Brasil. Así concluye un informe presentado ayer. Pero los familiares de las víctimas rechazaron el documento y advirtieron que continuarán su lucha para esclarecer la verdad. Hace un mes, la Corte Suprema de Justicia de Brasil había ordenado al gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso que responda a las preguntas formuladas por el juez argentino Claudio Bonadio, que entiende en el caso de los tres argentinos desaparecidos. El magistrado solicitó, mediante un exhorto, datos sobre la captura de Lorenzo Ismael Viñas, en Uruguayana, y de Mónica Susana Pinus y Horacio Campiglia, en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro. Pero las fuerzas armadas aseguran ahora en su informe que no encontraron ninguna información sobre estas desapariciones. El documento difundido ayer por el abogado general de la República, Gilmar Mendes, sigue a un exigente y duro pedido del ministro de Defensa, Geraldo Quintao, quien unos quince días atrás había emplazado a los militares a buscar y entregar toda la información al respecto. Entonces se puso como límite para presentar esa información ayer, jueves. La frustrada búsqueda cayó como un balde de agua fría entre familiares de las víctimas de la represión. Vamos a obligar a Brasil a decirnos la verdad, advirtió Claudia Allegrini, viuda de Viñas, al diario O Globo. El pedido del juez argentino dio lugar en Brasil, por primera vez, a la investigación y divulgación del rol de las fuerzas armadas brasileñas durante el oscuro capítulo de las dictaduras militares en el Cono Sur, y su vinculación con el Plan Cóndor. Ese operativo unió la represión de las dictaduras del Cono Sur en los años 70. Documentos del Centro de Informaciones del Ejército (CIE) de 1976, publicados el mes pasado por la prensa local, revelan que las dictaduras ejercidas desde Brasilia y Buenos Aires trabajaron en el armado de una lista de casi 150 ciudadanos argentinos buscados por los militares de ese país y luego desaparecidos, en el marco del Plan Cóndor. Documentos de la CIA, publicados días antes, indican que Brasil adhirió a la Operación Cóndor en septiembre de 1976. Estas revelaciones ponen por primera vez a los militares brasileños públicamente en el banquillo de los acusados, y los vincula con el Operativo Cóndor, con el que nunca se los había relacionado. El Congreso brasileño recibió numerosos documentos que probarían la participación de Brasil en dicho plan, según testimonios de dirigentes de organismos defensores de derechos humanos. El titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Marcos Rolim, del Partido de los Trabajadores (PT, de izquierda), dijo que existen pruebas concretas de la participación brasileña en la Operación Cóndor. Sin embargo, las fuerzas armadas y de seguridad brasileñas comunicaron oficialmente que no se halló nada referente a los tres argentinos y a la Operación Cóndor en sus archivos. No creo que ninguna autoridad militar o civil se haya negado a divulgar un hecho existente en sus archivos, dijo Mendes, en un intento por barrer las dudas sobre que los militares estén reteniendo información. LA ORGANIZACIÓN REPRESIVA DE LAS DICTADURAS Las bases del Plan Cóndor A partir de un proceso realizado en Argentina se difundió en Brasil la existencia de bases de información en San Pablo y Río de Janeiro para detectar a “personas vinculadas a la subversión”. Las bases formaban parte del operativo “antimontonero” denominado “Murciélago”. Presionados por un pedido de la Justicia italiana, generales y ex ministros de la última dictadura brasileña tuvieron que reconocer hace pocos días el intercambio de prisioneros que mantuvieron con los militares argentinos en el marco del Plan Cóndor. “Nosotros no matábamos. Sólo deteníamos y entregábamos”, se excusaba la semana pasada el general retirado Agnaldo del Nero Augusto. Ahora, la opinión pública de Brasil pudo saber, sobre la base de documentación surgida de un proceso judicial en Argentina, que los militares argentinos en connivencia con las autoridades brasileñas instalaron en las décadas del ‘70 y ‘80 bases de información en San Pablo y Río de Janeiro. El objetivo era “detectar personas vinculadas a la subversión” en el marco de un operativo “antimontonero” denominado “Murciélago”. Siete militares -entre los que se encuentra el ex comandante del ejército Cristino Nicolaides, condenado a veinticinco años de prisión- y un policía fueron condenados por la Justicia argentina el pasado 18 de diciembre por delitos de lesa humanidad. Se los responsabilizó por los secuestros en febrero del ‘80 de cinco militantes Montoneros exiliados que regresaban al país en el marco de la Contraofensiva y por el caso de Silvia Tolchinsky, a quien detuvieron mientras intentaba cruzar a Chile. De la documentación relevada en esa causa -difundida en Brasil por el testigo del proceso y presidente del Movimiento Nacional de Justicia y Derechos Humanos de Río Grande del Sur, Jair Krischke, y publicada por diario Folha de Sao Paulo- surgió que las bases en el país vecino eran ocupadas por cuatro oficiales y dos civiles vinculados a la inteligencia del Ejército que investigaba los brazos operativos de los Montoneros. Los militares que allí permanecían estaban ligados al Batallón de Inteligencia 601, centro de interrogatorios y torturas en el que Nicolaides era el mandamás, localizado en el conurbano. Para arribar a estas conclusiones, resultó fundamental el testimonio de Néstor Roberto Cendón, quien fuera carcelero del Batallón 601 en los años de plomo. Fue él quien aseguró que “el servicio de inteligencia del Ejército contaba con bases en Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay”, que “la orden de los militares era interceptar en territorio extranjero a los guerrilleros” y que los brasileños estaban interesados en mantenerse informados sobre los movimientos de los grupos armados. El propósito expreso de los represores con el operativo “Murciélago” era perseguir a militantes de Montoneros que, a partir de 1978, habían iniciado la finalmente trágica contraofensiva. Se trató de un capítulo más en el que la coordinadora de represores, o Plan Cóndor, se obstinó en detener el surgimiento de la coordinadora revolucionaria, integrada por varias organizaciones revolucionarias del Cono Sur. Este fluido intercambio de informaciones entre gobiernos y “países amigos” hizo que sólo en 1980 por lo menos veinte montoneros fueran asesinados, y que cuatro de ellos fueran apresados en Brasil y entregados a la Argentina, donde desaparecieron. Uno de ellos fue el ciudadano ítalo-argentino Horacio Domingo Campiglia, capturado en Río de Janeiro junto a Mónica Binstock. Por él, y por otro 24 detenidos-desaparecidos, es que la Justicia italiana pretende avanzar en su propósito de juzgar a 140 militares y servicios de inteligencia sudamericanos. Sin embargo, la Constitución brasileña prohíbe la extradición ya que desde 1979 rige una ley de amnistía sancionada por el último presidente de la junta militar, el fallecido Baptista de Figueiredo. Pese a no haber recibido ninguna notificación formal por parte de la Justicia italiana, el gobierno brasileño insinuó que desde la misma presidencia se podría iniciar un proceso a los acusados. Página/12, 7-1-08 El país del Miércoles/11-Jul-2007 JUICIO A REPRESORES POR LA OPERACIÓN MURCIÉLAGO Con militares en el banquillo Por la desaparición de miembros de la contraofensiva de Montoneros, ayer se realizó la primera audiencia pública del proceso contra Nicolaides y nueve integrantes del Batallón 601 Edgardo Binstock, secretario de Derechos Humanos bonaerense, declaró ayer en Tribunales Por Laura Vales Cuando estábamos en el exilio (el entonces jefe del Ejército Cristino) Nicolaides habló sobre los desaparecidos. En una conferencia de prensa hizo declaraciones sobre 12 o 14 personas que habían vuelto al país (en el marco de la contraofensiva de Montoneros) Años más tarde se desclasificó información del Departamento de Estado norteamericano con datos sobre la desaparición de mi esposa, Mónica Pinus y de Horacio Campiglia. De esa documentación surge que fueron secuestrados en Río de Janeiro y que un Hércules C-130 fue a buscarlos y los trajo directo a Campo de Mayo, relató ayer el secretario de Derechos Humanos bonaerense, Edgardo Binstock, en la primera audiencia pública del primer juicio contra integrantes de las Fuerzas Armadas desde la anulación de las leyes de impunidad. El caso tiene como acusados a Nicolaides y a otros nueve represores del Batallón 601 La jornada de declaraciones se realizó en el Palacio de Tribunales, en la sala de audiencias de la Cámara Federal en la que en 1985 se hizo el Juicio a las Juntas. En los bancos destinados al público hubo una numerosa presencia de familiares de las víctimas, entre ellos los dos hijos de Binstock y Pinus, que en el momento del secuestro de su madre tenían uno y tres años. También prestó testimonio Claudia Allegrini, compañera del desaparecido Lorenzo Viñas, hijo del escritor David Viñas: Lo que pude saber es que estuvo tres meses en ese campo de concentración en el cual fue torturado brutalmente. Tenía las manos y los pies gangrenados por los grilletes. Murió arrojado al mar desde un avión, sin tener la oportunidad de defenderse en un juicio, como ahora tienen los militares. La audiencia fue presidida por el juez federal Ariel Lijo. Como el expediente se tramita bajo el viejo Código Procesal Penal, no será un tribunal oral el que dicte sentencia, sino el propio Lijo, quien instruye el caso. Aunque todo el proceso se hace a la vieja usanza, el Código le permitió llamar a estas audiencias públicas de testigos para completar la recolección de pruebas. Se estima que su resolución podría estar lista en agosto o septiembre. La causa se inició en el 82, cuando el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) presentó un hábeas corpus por un grupo de militantes montoneros desaparecidos. Luego se reactivó en 1997, después de que el sargento arrepentido Nelson Ramón González, ex integrante de un grupo de tareas, se presentara en un programa de televisión para contar que Nicolaides había ordenado fusilar en el polígono de tiro de Campo de Mayo a Ricardo Zucker. El militante -hijo del actor Marcos Zucker- había sido secuestrado en febrero de 1980 tras regresar al país desde Madrid, donde estaba exiliado. Su mujer, Marta Libenson, y Julio César Genoud fueron apresados con él. Las tres restantes desapariciones que se investigan son las de Verónica Cabilla, Ángel Carbajal y Lía Mariana Guangiroli. El juicio también incluye el secuestro, las torturas y la reducción a servidumbre de que fue objeto Silvia Tolchinsky, quien actualmente vive en España. El Batallón 601 llamó Operación Murciélago a la campaña de detección de esos militantes, sus secuestros y desapariciones, realizada bajo la égida del entonces comandante del I Cuerpo de Ejército Carlos Guillermo Suárez Mason, quien falleció mientras cumplía prisión preventiva. Los acusados son, además de Nicolaides, siete coroneles del Batallón 601 (que coordinó el funcionamiento de todos los destacamentos de Inteligencia y centros clandestinos de detención del Ejército), un agente civil de Inteligencia y un policía. Se trata de los coroneles Julio César Bellene, Jorge Arias Duval, Pascual Guerrieri, Juan Carlos Gualco, Carlos Fontana, Waldo Roldán y Antonio Simón. El agente civil de Inteligencia es Santiago Manuel Hoya, que ante los secuestrados se hacía llamar mayor, y el policía acusado es el Turco Julián. Este último es el único que cumple prisión en una cárcel común. Los militares, en cambio, accedieron al beneficio del arresto domiciliario por ser mayores de 70 años… El encuentro del 08-03.08 resultará inolvidable… Encuentro 9 de agosto de 2008 Veinte barrios -por ahora- de nuestro Buenos Aires querido, agrupados en el proyecto Barrios por Memoria y Justicia, decidimos marcar los pasos de nuestros vecinos secuestrados o asesinados por el terrorismo de estado, antes o durante la última dictadura militar. Los vecinos de Almagro-Balvanera (participantes de ese movimiento) colocaremos hoy nuestras baldosas Nº 55 y 56. Ellas sellan en esta vereda los nombres de tres personas que vivieron en este edificio: el médico Guilliermo Willy Tamburini Podlesker, su mujer, la socióloga chilena Cecilia Magnet Ferrero y, también –aunque quizás no se conocieran- la estudiante de sociología Mónica Susana Pinus. El matrimonio Tamburini-Magnet fue secuestrado el 16 de julio de 1976 en este lugar. Mónica Pinus fue secuestrada en el aeropuerto internacional de Río de Janeiro el 12 de marzo de 1980. La casualidad no se reduce a una cuestión habitacional: ambos casos involucran al Plan Cóndor. De su vida, podrán hablar mejor que nosotros sus familiares, amigos y cumpas. Ojalá que se sume el recuerdo de algún vecino tan entrado en años como algunos de nosotros. Nuestro colectivo sólo quiere agregar que, después de tallar en Almagro-Balvanera las huellas de casi 100 vecinos cuyos pasos que precedieron a los nuestros, nos quedan por labrar los de otros 200. Quizás no todos alcancemos a ver coronada la obra. No lo lamentamos, sí nuevos vecinos toman la posta: cuidan las baldosas (no sólo en el sentido material) también la memoria por ella simbolizada. Es decir, como Willy, Cecilia, Mónica, 300 vecinos de Almagro-Balvanera y 30000 DD, buscan hacer habitables los hospitales, el barrio, el país y el mundo. Cobardía del verdugo tucumano… Lucha del hermano pueblo de Bolivia… Cecilia contextualizó Adhesiones Los integrantes del Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial (EATIP) nos sumamos al acto en homenaje a Cecilia Magnet Ferrero, Guillermo Tamburini y Mónica Pinus, quienes como tantos otros dejaron su huella en la lucha por la justicia social en nuestro país. Reafirmamos la necesidad de mantener la memoria histórica de nuestra sociedad y nuestro compromiso en la lucha contra la impunidad y por la memoria, la verdad y la justicia Laura Coronel, amiga de Mónica Pinus… Casa de la Memoria de Florida. Comisión Distrital Vicente López. Diputada Diana Conti Retazos fue lo que nos dejaron de vos. Imágenes perdidas, diseminadas. Presencias vagas. Muy poco. Sabíamos tu nombre, Mónica (un nombre hermoso). Sabíamos los nombres de tus padres, nuestros abuelos, León y Jacinta. Sabíamos que tu pelo era castaño, lacio, como el de Ana. Sabíamos también que te accidentaste una vez en un coche. Qué otra vez te balearon en la pierna cuando saliste a pintar paredes. También supimos que llegando a Río, te fueron a buscar y nunca más regresarías. Nunca más te dejarían volver. Muy poco, casi nada nos dejaron de vos. Y al quitarnos tus presencia, no sólo te alejaron de nosotros, sino que nos dejaron impotentes, con bronca, con dolor. No sólo te llevaron a vos y a todos tus compañeros y amigos. También nos dejaron retazos de aquel país donde creciste, donde soñaste. Nos metieron el miedo y nos distanciaron el uno del otro […] Olvidamos la solidaridad. Nos dejaron mirándonos con desconfianza. Peleándonos entre nosotros. Compitiendo por sobrevivir. Con tus asesinos caminando por la calle. Con la traición de tus ideales por líderes cipayos. Nos partieron al medio, e hicieron de aquel país, miles de retazos perdidos. Allí fue donde quedamos, pero hoy… Hoy estamos aquí. Y si es que hasta acá llegamos fue porque no nos resignamos a lo que nos dejaron. Suponemos -un poco, impulsados por la tozudez de tu esposo, Edy- y también, por esa necesidad imperiosa que surge desde lo más profundo, de conocerte, de rehacer, ya no aquellos lazos que cortaron, sino nuevos lazos, nuevos vínculos. Nuevos retazos, e hilarlos, e ir construyendo. Y por eso te fuimos a buscar. Como pudimos, como nos salió. Y así fuimos a reencontrarnos con tus amigos, con tus seres queridos, con tus compañeros. Volvimos a caminar por donde caminaste. Respirando aquel mismo aire. Sintiendo lo que sentiste. Y entonces, supimos… Supimos que tu pelo, lacio, castaño, se tornaba de color plateado; sobretodo, en tus vacaciones familiares en Miramar. Supimos que, vaya a saber uno por qué, decías gi-r-nasia cuando chica, como arrabalera. Supimos que tu habitación era grande, y siempre estaba ordenada. Que cursaste en el Normal 1, aquí cerca, y tuviste que rendir matemática del último año en marzo, mientras tu novio te esperaba en el bar de la esquina para saber que había sido de las largas jornadas de estudio durante aquel verano. Supimos que durante un tiempo te la rebuscaste animando fiestas de chicos con títeres. Que te vestías muy bien, muy a la moda. Que eras muy femenina. Supimos que los ’70 te encontraron enamorada, con sueños, con ganas de armar una familia. Esa que tanto habías imaginado de chica. Supimos que te metiste en psicología, pero después te cambiaste a sociología. Que por aquellos años te sumabas a la JP. Que laburabas, estudiabas y militabas. Que te gustaba fumar de vez en cuando. Que alguna vez fuiste a bailar a Pinar de Rocha. Que te mudaste a Ramos Mejía. Que militabas en William Morris y Villa Tesei. Qué eras callada y paciente. Que te gustaba tomar el té. Que te gustaban las canciones de Serrat. Supimos que te golpearon muy fuerte las desapariciones de tu cuñado Guillermo y del Chufo. Supimos que luego del incidente de la pierna, tu rostro cambió definitivamente. Supimos que allá en la guardería cubana, ya montonera, tuviste que salir corriendo varias veces a la salita médica porque nos caíamos de la cama, nos golpeábamos o nos enfermábamos. Y que en esas situaciones no querías alejarte de nosotros. Supimos que te defendiste a carterazos. Y en esta mezcla de retazos que fuimos acumulando, nos fuimos acercando a vos, y reconstruyéndonos. Pero esta búsqueda, este camino, no hubiese estado completo sin algo que ha venido ocurriendo en tu país. Porque de a poco, tras largos años de negarnos a aceptar los designios a los cuales parecíamos condenados, poco a poco, algo fue cambiando. Y es que tu pueblo ha ido recuperando la memoria. Fue recuperando la esencia de tus ideas, de tus sueños. De a poco, fue poniéndole el nombre a las cosas como corresponde. Y llamó genocidas a tus asesinos. Y ellos dejaron de caminar por la calle, pues esos que ordenaron tu muerte han sido juzgados y condenados. Y hoy, tu nombre ilumina tu facultad, la plaza de Morón, la ribera del río, tu antigua casa, y prontamente, tu colegio. Nuevos aires nos permiten ilusionarnos, y aunque sabemos que esta historia nos deparará alegrías y reveses, apostamos a construir. Porque hoy, hemos construido lazos, hemos vuelto a mirarnos a la cara sin temores. Hoy, tratamos de construir, con alegría, entre muchos, entre los que están a nuestro lado. Tratamos de construir lazos de amor. Nos jugamos por ello. Construimos relaciones. Con nuestras parejas, Juan y Sofía. Nuestro padre, con Cristina, quién nos acompañó todos estos años, y nos dio una hermana, a quién le dimos tu nombre, porque tu nombre es hermoso, y ella -que es hermosa- lo embellece aún más. Construimos lazos con los hijos de tus compañeros. Construimos lazos con nuestros amigos. Construimos lazos con otros jóvenes, que hoy, empiezan a soñar como vos lo hacías, allá, en esos tiempos en donde todo era posible. Vieja, crecimos, vivimos. Recuperamos la esperanza y ya no hay dolor, sino amor en nuestros corazones. Ésa, es nuestra victoria. Ésa, es tu victoria. Te recordamos, te amamos. Ana y Miguel Entré con Miguel a la agrupación H.I.J.O.S. Seguir la lucha de nuestros padres nos llena el alma, también acompañarlo… Además de acompañar a mis primos, traigo el saludo de mi madre y de mis hijas para los vecinos que decidieron homenajear la memoria y a todos… Allá por el 73 compraba al por mayor Las venas abiertas de América Latina y los discos de Serrat para llevar a los presos. Hoy quiero dedicarles una de esas canciones… Cecilia Roseto Cecilia, Guillermo, Mónica, Gustavo (mi hijo) y 30.000 están presentes en el INDEC, pidiendo por el compañero López, exigiendo justicia por el maestro Fuentealba… Otro tema del Nano Más de 200 emociones…