Hopen
Hopen Daniel y Carreira Evangelina Emilia ¡Presentes! El 17-08-76 secuestraron frente al edificio donde vivían (Medrano 441, 1º 8) Daniel Hopen y Evangelina Carreira. Fueron vistos en Coordinación Federal -Superintendencia de Seguridad Federal- testimonio 00404. Daniel Duña (DI 4287157, CONADEP 2510, declaración 4117) nació el 2 de enero de 1939. Era sociólogo y periodista (Nuevo Hombre) Evangelina (DNI 3187019, CONADEP 4667, declaración 2338) nació el 12 de abril de 1939. Era publicista y estudiante de Derecho. Daniel comenzó su militancia en el Centro de Estudiantes Secundarios del Colegio Urquiza. Fue profesor en la Carrera de Sociología y miembro del Consejo Académico de la Facultad de Filosofía y Letras (actualmente Ciencias Sociales) Llevó a cabo importantes investigaciones histórico-sociológicas y periodísticas. Enviar historia de vida y cualquier información sobre Daniel y Evangelina a memoriayjusticialmagro@yahoo.com.ar Causa Primer Cuerpo de Ejército Resolución del juez Canicoba Corral decretando el auto de procesamiento con prisión preventiva de Jorge Carlos Olivera Rovere.- Buenos Aires, 27 de abril de 2004 AUTOS Y VISTOS: Para resolver en la presente causa Nº 14.216/03 del registro de la Secretaría Nº 6 del Tribunal y respecto de la situación procesal de JORGE CARLOS OLIVERA ROVERE, poseedor de la LE 4.769.910, nacido en la ciudad de Córdoba el 14 de marzo de 1926, hijo de Carlos (f) y de Emilia Rovere (f), de estado civil casado, de profesión militar retirado, con domicilio en Callao 1460 tercer piso de esta ciudad, con domicilio constituido en el estudio jurídico del Dr. Giletta, sito en Cerrito Nº 520 piso octavo G-H de esta ciudad… 40.- Privación ilegal de la libertad de Evangelina Emilia Carreira Evangelina Emilia Carreira fue privada ilegalmente de su libertad el 17 de agosto de 1976, a las 18:00 hs., de su domicilio en la calle Medrano 441, departamento 8 de la Capital Federal, por personal dependiente del Ejército Argentino. La madre de la víctima, Hermini Catalina Castiglione de Carreira, relata que el día que se produzco el secuestro de su hija, se presentaron en su domicilio cinco individuos vestidos de civil, portando armas largas, manifestando pertenecer al Ejército, quienes la obligaron, bajo amenazas, a acompañarlos al domicilio de su hija. Así, en la puerta del domicilio de Medrano 441, detienen a Evangelina Emilia y a su acompañante, Daniel Hopen (ambos permanecen desaparecidos) asimismo allanan el departamento. Se presentó un recurso de Habeas Corpus ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4, Secretaría Nº 16, el cual, con fecha 15 de septiembre de 1976, fue rechazado. Otro Habeas Corpus se presentó en el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº. 2, Secretaría Nº. 6, el cual se rechazó el 23 de marzo de 1977. El día 26 de abril de 1996, se declaró la ausencia por desaparición forzada de la nombrada, como ocurrida el día 17 de agosto de 1976. Lara de Poggi, quien estuvo detenida en las dependencias de Coordinación Federal, testimonió haber visto a Evangelina Emilia Carreira en dicho lugar. Las constancias relativas a este hecho se encuentran glosadas en el Legajo de la CONADEP Nº 4667. 101.- Privación ilegal de la libertad de Mario Alberto Poggi Mario Alberto Poggi fue privado ilegalmente de la libertad el día 27 de agosto de 1976, a las 3:00 hs., del domicilio de Charcas 4160, planta baja departamento 4, de la Capital Federal, por personal dependiente del Ejército Argentino. La víctima declaró ante la CONADEP (Legajo 4506) junto a su esposa Graciela Nora María Lara. Mario Alberto Poggi manifiestó que fue detenido por una comisión autodenominada de las fuerzas conjuntas el 27 de agosto, a las 3:00 hs. de la mañana junto con su esposa, en la casa de sus padres, Alfredo Santiago Poggi y Ana María Perea. Desde dicho domicilio fue trasladado, junto con su esposa, ambos vendados, en un vehículo Ford Falcon, durante unos veinticinco minutos. Llegaron a un lugar con ingreso para automóviles, donde son bajados y conducidos a un ascensor por el que suben al tercer piso, siendo allí separados, ingresando el dicente a una celda donde le dijeron que había terroristas peligrosos. Luego es conducido a una nueva celda donde se encuentra con varias personas; por ejemplo Daniel Hopen, al que conocía por haberlo visto junto con Moni Carreira, quien a su vez era conocida del dicente por ser amigo de Ariel Carreira, abogado con oficinas en el mismo edificio en el que el dicente tenía su estudio. Conversando con Hopen y otras personas le manifestaron que de esa celda habían sacado a parte de los dinamitados en Pilar y que había sido como represalia por la muerte del General Actis. Una noche pudo ver con su esposa a Moni Carreira, quien los reconoció y con la que pudo conversar expresándole esta que se hallaban en Coordinación Federal. A lo que luego el declarante le pregunto a un policía si efectivamente se encontraban en ese lugar, quien le contestó que sí. Permaneció vendado todo el tiempo, sin perjuicio de lo cual, por el acostumbramiento a la venda, pudo reconocer personas y ver el lugar en que se hallaba. Durante el tiempo en que permaneció detenido se pasaba lista, llamando a las personas por el nombre de pila o por el apellido o apodos. Que vió en el baño los restos de papel quemado que corresponderían a esas listas, diariamente. Las noches en las que estuvo allí, escucho gritos aterradores, de personas que aparentemente eran torturadas, y asimismo se escuchaban risas y burlas del personal de custodia. Fueron liberados al lunes siguiente por la noche en las calles Gurruchaga y Paraguay. En su favor fueron presentados sendos recursos de habeas corpus, con resultados negativos. Se realizó un reconocimiento en la sede de la ex-Coordinación Federal, sede actual de la Superintendencia del Interior de la Policía Federal, donde Lara de Poggi y Poggi, reconocieron en forma inmediata las instalaciones del lugar, señalando los lugares en los que estuvieron. Posición de Daniel Hopen ante a la presencia del Ministro de Educación de Austria durante el nazismo en la UBA A comienzo de los años 60, en la carrera de Antropología el discurso docente nos confundía, y de a poco comenzamos a percibir, entre los intersticios de una construcción teórica muy consistente, algunas conceptualizaciones que perfectamente podrían funcionar como justificatorias de las políticas colonialistas. Las materias desde las cuales surgían con más fuerza eran Etnología General y Prehistoria del Viejo Mundo, a cargo del italiano Marcelo Bórmida y el austriaco Oswald Menghin, ambos exponentes de la llamada Escuela histórico-cultural o Escuela de Viena. La concepción del proceso civilizatorio que desde esas cátedras se manifestaba, relacionaba estrechamente raza y cultura, considerando que ciertos pueblos eran depositarios de dones inmanentes que los privilegiaban sobre otros. La posición resultaba, además de retardataria, claramente acientífica, porque otra bibliografía -las que nos daban las cátedras de la carrera- demostraba fehacientemente tanto la imposibilidad de sostener el concepto de raza -que además era definido a partir de características secundarias como el color de ojos, cabello, piel o aspectos del cuerpo o alguna parte del mismo- como el hecho innegable de la existencia de un gran proceso de mestizaje en todos los grupos humanos. Y menos aún vincular esas características físicas con el funcionamiento psíquico, como lo sostenía Menghin en su libro Origen y desarrollo racial de la especie humana, editado en Buenos Aires por Editorial Nova en 1964 al decir: En efecto, no cabe duda de que el concepto de raza tiene también sus proyecciones al mundo psíquico. Fuimos percibiendo que ese discurso que se explicitaba como religioso y antievolucionista, estaba además ideológicamente cargado de un fuerte racismo. En 1965 un grupo de estudiantes opuestos a la prédica de la Escuela histórico-cultural, obtuvimos la intervención de la Carrera por las autoridades de la Facultad de Filosofía y Letras, la que estuvo a cargo del profesor Norberto Rodríguez Bustamante. Queríamos cátedras paralelas con otros enfoques en las materias básicas. Al mismo tiempo procuramos a través de Daniel Hopen, representante estudiantil en el Consejo Académico de la Facultad de Filosofía y Letras, la obtención de documentación acerca de los antecedentes del profesor Menghin antes de llegar al país. Daniel Hopen -que era judío- logró conexión con la American Jewish Association, la cual remitió una voluminosa carpeta con copias de recortes periodísticos de la época del nazismo en Austria, en las cuales aparecía Meghin como Ministro de Educación del régimen. En algunos casos fotografiado en actos públicos con la cruz esvástica en el palco. Efectivamente la UBA tenía en su cuerpo docente como Prof. Titular Extraordinario desde 1948 a quien había sido Ministro de Educación de Austria durante la anexión del país al nazismo. El doctor Oswald Frantz Ambrosius Menghin Terzer, nacido en 1888 en Merán, Tirol austriaco, llegó al país en 1948. Había pasado antes por la España franquista. Al final de la Segunda Guerra Mundial habían arribado al país una cantidad de científicos nazis y fascistas emigrados, entre ellos un fuerte grupo de antropólogos y prehistoriadores. El gobierno argentino habilitó en Roma una oficina para facilitar la incorporación académica de los emigrados, complementada en Buenos Aires por la llamada Comisión Peralta, dependiente de la Dirección de Migraciones, que funcionó entre 1947 y 1950. La Comisión estaba integrada entre otros por Jaime Marie de Mahie, sociólogo francés ex oficial de la División Carlomagno de las Waffen SS, quien llegó a Argentina en 1946, dictó clases en la Universidad de Buenos Aires y Cuyo, y cuando en 1974 fue denunciado por Simón Wiesenthal, dirigía el Instituto de Ciencias del Hombre de la calle Cangallo 2158. El arribo de los mencionados viajeros desplazó y eliminó de sus cargos de numerosos profesionales locales. El Instituto de Antropología de la UBA incorporó al italiano Marcelo Bórmida en 1946 y a Oswald Menghin en 1948; Vladimiro Male se hizo cargo del Instituto de Antropología de Tucumán en 1948, y De Ferdinand asumió en Mendoza. Las carreras de Antropología de las Universidades de Mar del Plata, Rosario y Salta fueron suprimidas. Se cambiaron planes de estudio, se eliminaron materias, se realizó una cuidadosa discriminación de autores en las bibliografías. El propio Ministro de Educación declaró que las disciplinas antropológicas, incluyendo la arqueología eran materias subversivas. La Municipalidad de Buenos Aires retiró del escalafón la profesión de antropólogo. Muchos arqueólogos y antropólogos jóvenes brillantes emigraron, y un buen número de estudiantes de antropología desaparecieron según el procedimiento habitual del Proceso militar. Durante el breve período de intervención a la Carrera en 1965 -arriba mencionado- en una sesión del Consejo de la Facultad de Filosofía y Letras presidida por el decano Dr. Aznar, Daniel Hopen solicitó en nombre de la representación estudiantil, la inclusión en el orden del día del tratamiento de la expulsión inmediata de la UBA del Profesor Oswald Menghin por sus importantes antecedentes nazis. Cuando se trató el punto, fue entregada a cada miembro de Consejo una carpeta con copia de la documentación obtenida. Luego del desconcierto inicial, traducido el tema fue siendo diluido por la bancada de profesores, se habló de que había que mirar adelante y todas esas cosas que los políticos saben decir muy bien. El tema fue pasado para más adelante, y luego jamás retomado. Hans Schobinger, suizo de lengua alemana nacido en Lausana en 1923 e inmigrado al país a los dos años de edad, estudió en Buenos Aires y fue discípulo de Menghin. Schobinger es actualmente profesor emérito de la Universidad Nacional de Cuyo, donde se desempeñó como titular de Arqueología Prehistórica de Antropología y Director del Instituto de Arqueología y Etnología de la Facultad de Filosofía desde 1956 hasta hace muy poco tiempo. Integró además entre 1969 y 1978 la Comisión Asesora de Ciencias Antropológicas, Arqueológicas e Históricas del Conicet. Oswald Frantz Ambrosius Menghin nació el 19/04/1988 en Meran, Tirol austriaco. Estudió en la Universidad de Viena, ingresando en 1903 donde se doctoró en Filosofía en 1910 con especialización en Prehistoria. En 1952 es designado Miembro Honorario de la Sociedad Asiática de Buenos Aires. Fue profesor extraordinario contratado desde la fundación de la carrera de Antropología en la UNBA (1958) Antes lo fue desde 1948 del Inst. de Antropología, transformado luego en carrera. También en 1957 es nombrado profesor interino de Prehistoria de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata. En 1957 el Gobierno austriaco rehabilitó a Menghin, jubilado como profesor universitario y nombrándolo en 1958. Miembro Honorario de la sociedad de Antropología de Viena. En 1971 la Universidad de Buenos Aires le otorga el título de Profesor Honorario de la misma. Falleció el 29 de noviembre de 1973 en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires. Oswald Menghin murió de anciano luego de haber ejercido su cátedra en la UBA hasta 1968. En la nota necrológica por su publicada en la Revista Ampuras, de la España franquista en 1973, Shobinger dice: en un momento muy difícil para su país aceptó el cargo de Ministro de Educación. Esta actitud, asumida sin dudas de buena fe, fue causa de serios problemas personales entre 1945 y 1947, los que finalmente determinaron su emigración. Marcelino Fontán Periodistas de Almagro Balvanera Listado completo de la UTPBA Periodistas asesinados y desaparecidos La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) recordó a los compañeros asesinados y desaparecidos por la dictadura militar, cuya lista completa publica la ANC. 24 DE MARZO DE 2006 Desde Buenos Aires (Argentina) La UTPBA afirmó, en un comunicado: la lucha de ellos es la nuestra. Cada uno de los compañeros tenía un compromiso profundo con la lucha por una sociedad igualitaria, solidaria y justa. Dieron sus vidas por sus ideas. Ninguno era ingenuo o neutro ante el mundo que les tocaba vivir. Hoy, como ayer, nuestro compromiso es el seguir el legado histórico que nos dejaron. CARLOS BONAVITA ESPINOLA Detenido-desaparecido el 29-09-76 Escritor, actor y periodista uruguayo. Diarios Marcha, Acción, El Popular y Época. DANIEL ALBERTO DAROQUI Detenido-desaparecido el 15-07-77 Trabajador de prensa. Diario Clarín. ERNESTO LUIS FOSSATI Detenido-desaparecido el 26-11-76 Periodista. Trabajó en Clarín y colaboró en las revistas Primera Plana, Crisis, Gente, Siete Días y Panorama y en Radio Provincia. JORGE HORACIO FOULKES Detenido-desaparecido el 17-03-78 Periodista. Corresponsal de LU 13, Radio Necochea y de La Voz del Pueblo, de Tres Arroyos. JULIO CÉSAR FUMAROLA Asesinado el 6-02-74 por la Triple A Reportero gráfico. Revista Siete Días y otras publicaciones. DANIEL SAUL HOPEN Detenido-desaparecido el 17-08-76 Periodista y sociólogo. Escribió en El Descamisado. JOSÉ MARIO MARTÍNEZ SUÁREZ Detenido-desaparecido el 23-12-77 Asistente social y periodista uruguayo. Escribía en Marcha, El Sol y Época, de Uruguay. MIGUEL ÁNGEL ZAVALA RODRÍGUEZ Asesinado el 23-12-76 Diputado nacional, abogado. Director de El Auténtico. EDUCACIÓN: COMENZO A DICTARSE EN 1957 EN LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS La carrera de Sociología de la UBA festeja sus primeros 50 años Fue impulsada por dos hombres clave: José Luis Romero y Gino Germani. Empezó a funcionar en un contexto político turbulento, con fuerte apoyo del estudiantado Desirée Jaimovich ESPECIAL PARA CLARIN 24-04-07 La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) está de festejo. Es que este año, su carrera de Sociología cumple 50 años. Fue en marzo de 1957 cuando dio sus primeros pasos en el ámbito de la Facultad de Filosofía y Letras, de la mano de José Luis Romero (que entre 1955 y 1956 ocupó por seis meses el cargo de rector de la UBA) y de Gino Germani, uno de sus fundadores. Ricardo Sidicaro, reconocido sociólogo, investigador del Conicet y docente de la UBA, destaca el contexto político turbulento en el que empezó a funcionar: Se crea en una de las épocas más oscurantistas porque, en ese entonces, el gobierno dictatorial había intervenido la facultad. Además, en ese momento del país estaba proscripto buena parte del electorado por las leyes que prohibían el peronismo; también habían ocurrido los fusilamientos del 56 y las huelgas se habían suprimido ¿Cómo se explica, entonces, que en medio de un gobierno dictatorial se creara una carrera universitaria que tiene tendencia a pensar de forma progresista? Sidicaro habla de una alianza entre la clase media intelectual y el orden oligárquico, así como de una demanda por parte de sectores, dentro de la universidad, orientados a las ciencias sociales. Pero quizás el principal impulso estuvo dado por los mismos estudiantes: Los sectores progresistas del estudiantado tuvieron influencia, con legítimo derecho, sobre la estructura universitaria. Y agrega: En toda América latina había un signo antidictatorial de movilizaciones estudiantiles, esto puede explicar que lo de la Argentina no era anómalo. Lucas Rubinich, actual director de la carrera de Sociología de la UBA, destaca el contexto internacional en el que emerge la carrera: La posguerra es el momento de legitimación más evidente de la disciplina como algo científico digno de estar en las aulas. A su vez, el director de la carrera, resalta el perfil aggiornado que adopta la Sociología dentro de esa coyuntura histórico-social. Hay recursos novedosos para pensar lo social y herramientas técnicas que permiten construir datos estadísticos, acercarse a las poblaciones y ver cómo se comportan, algo que no estaba incorporado en la Sociología anterior donde predominaba el pensamiento especulativo con una matriz idealista, subraya Rubinich. Y explica: la Sociología europea trae consigo un naciente estructuralismo y comunismo moderno. Ya iniciados los años sesenta surge un período de radicalización política protagonizado por importantes profesores de la facultad, entre ellos Juan Carlos Marín (ver Testimonio...) que fue discípulo de Gino Germani, el reconocido sociólogo Juan Carlos Portantiero, quien murió en marzo de este año; y dentro de la generación más joven de los 60 sociólogos como Daniel Open y Roberto Carri, desaparecido en el 77. Esta radicalización, explica Sidicaro, coincide con el Mayo Francés y los movimientos políticos en Checoslovaquia, entre otros. Se puede decir que en la década del 60 la Sociología quedó signada con un carácter progresista, por eso fue prácticamente suprimida durante la última dictadura militar. Rubinich cuenta que durante el 74 la mayoría de los referentes más importantes sufrieron el exilio interno y externo. Y que la carrera de Sociología en la UBA, que estaba intervenida, se dictaba en los sótanos de la facultad con profesores que no tenían ninguna relevancia académica.La democratización universitaria que trae consigo la vuelta a la democracia en el 83 favorece a la carrera. Y más particularmente el 88 es un año clave, porque es el momento en el que se crea la Facultad de Ciencias Sociales ¿Qué le depara el futuro a la carrera de Sociología? Sabemos que necesitamos seguir construyendo sociólogos que puedan reflexionar críticamente sobre la sociedad, concluye Rubinich. Daniel James (historiador e investigador inglés) quien dedicó a Daniel su libro Resistencia e Integración escribió: Cuando vine a la Argentina en 1984, sabía que quería dedicarle mi libro Resistencia e Integración. Nombrarlo era una manera de resistir la amnesia. Daniel fue un símbolo de una generación argentina que, sin duda tuvo inmadurez, debilidades, aventurismos y a veces soberbia. Pero, también, representó el idealismo, el coraje, el importarle el otro. Y no merecen el olvido. Y, por si todo esto fuera poco, él era un lindo tipo cuya amistad había enriquecido mi vida. Testimonio de Franco Castiglioni (secuestrado en Coordinación Federal) Daniel, Contratapa de Página/12, 3 de abril de 1997. El menú de hoy –dijo Daniel- es pollo deshuesado al champán: plato único. Se prepararon para la cena, como todos los días, escuchando el vozarrón de tonada paternal que inducía a cumplir con el rito que su presencia carismática había instalado. Comenzaban a comer como si aquel único sorbo insípido que llegaba con la noche pudiera transformarse, por el delirio de los deseos, en un fantástico manjar de gran hotel. Duraba un instante. El resto del tiempo, los ojos cubiertos por vendas, el movimiento anestesiado por la debilidad del cuerpo y la horrenda espera del sonido de llaves y cerrojos que anticipaba nuevos interrogatorios o el enigmático traslado. Daniel había revolucionado ese ambiente con su llegada. No bien puso su pesado pie en la leonera la enorme celda de la antigua Coordinación Federal, la envidiable mezcla de autoironía, humor y ocurrencia, privilegio de pocos y que él manejaba con naturalidad, invadió el tiempo de ese agosto de hace veinte años. Siempre sentados, como se los obligaba a estar, Daniel les relató, con la autoridad que le otorgaba la larga militancia revolucionaria, cuentos de antihéroes en esos pocos países que todos ellos admiraban. Ansiosamente desgranaba anécdotas y bromas entonándolas con una extraña melodía que terminaba en una risa ahogada que lo envolvía todo. Estaba seguro que para él no habría segunda vuelta en esa Argentina. Un día uno de los guardias que se hacía llamar teniente San Jorge y que alardeaba del uso del voltaje de otro de los grandes inventos argentinos se acercó a la reja y tiró a la leonera, como queriendo marcar su magnanimidad, un paquete de galletas de agua. Para aquellos hambrientos las galletas eran una exquisitez luego de semanas y meses de polenta fría. Daniel recogió el paquete, lo abrió rápidamente y luego de repartir las galletas una a una, quedó con la última sobrante en sus manos. No tenía dueño. Destrozarla en dos docenas de pedazos fue la inmediata tentación de todos allí. De pronto Daniel se incorporó y sin dudar un instante le ofreció la terrabusi a San Jorge. Daniel estaba convencido de que en ese infierno su gesto podía ser una modesta batalla destinada a quebrar al enemigo. O al menos humillarlo. Algo así como cantarle falta envido. El represor abandonó pronto su repentina caridad para reaccionar con violencia: sucios, subversivos, muertos de hambre, cómanse todo. Y volvió, sin más trámite, al habitual verdugueo. Sin embargo, a la semana, San Jorge coló con un poco de sal y un puñado de azúcar. Necesitaba ablandar el terreno para satisfacer su curiosidad. Quería saber quién era ese desconcertante personaje que había hecho enfurecer a sus inquisidores proclamándose agnóstico (¿significaría acaso comunista?). Ese mismo que durante la sesión de tortura se detuvo a explicarles, socarronamente, que él era sociólogo y no psicólogo, tomándose el tiempo que su cuerpo necesitaba para enseñarles que ambas profesiones eran, desde luego, distintas. El teniente quería conocer a quien, con una galletita de agua -ya no cabían dudas- lo había ridiculizado. De pronto le soltó a Daniel la pregunta con el clásico savoir faire porteño y vos, che ¿por qué te metiste en política? El desaparecido aceptó el desafío a pesar de la desigualdad que imponía la venda en los ojos, el cuerpo mugriento y la piel fileteada por la electricidad. Siempre desde el piso, monologó por horas. Empezó por los años de consejero estudiantil en la Facultad de Filosofía y Letras de los sesenta. Eran recuerdos que se mezclaban y se proyectaban con fuerza en sus palabras al repensar la Revolución de Octubre y el largo camino de la socialdemocracia europea. Dirigió luego su argumento a América Latina y, en especial, al movimiento obrero argentino, sobre cuya historia estaba trabajando cuando un grupo de tareas lo secuestró e interrumpió su ya decidida marcha hacia el exilio. Todos lo escucharon. Lo escuchamos hablar de estado de derecho y de democracia como barreras para defender a los más débiles en la sociedad. También de desmilitarización de la política y abundantemente sobre un discurso que no era ciertamente común en la izquierda de esos años, había sido claro y melodioso como nunca. Parecía querer aferrarse a aquel momento para dejar a los que lo acompañaban su testimonio político, convencido, amargado, lúcido. San Jorge, aturdido, interrumpió el relato. Llegaba otra vez la polenta fría e insípida de cada noche. Daniel volvió a la cocina imaginaria. Para el café aconsejó a sus compañeros probar un bacio, chocolate saboreado alguna tarde de 1968 en la plaza San Giovanni de Roma, donde cada 1º de Mayo los obreros hacían flamear sus banderas rojas. Terminaron los bombones e intentaron dormir. En algún momento de esa madrugada los represores gritaron su nombre. Entraron en la cella con brutalidad y lo arrastraron hacia un destino que sólo ellos conocían. Detrás del tremendo silencio que siguió a su traslado, los que quedaron comprendieron que a Daniel Hopen no volverían a escucharlo nunca más. Otro testimonio: Unos de esos días, el TAU, la Tendencia Antiimperialista Universitaria, que era el grupo del mira en la universidad, organizaba una charla sobre Hegel y Marx, a cargo de un filósofo, Norberto Wilmer. Corría 1964 y recrudecía el plan de lucha de la CGT contra el gobierno radical y la proscripción del peronismo, con gente manifestando en las calles. Pero la charla seguía en pie. Daniel Hopen lo agarró a Horacio en la vereda de Viamonte. La facultad todavía no se había mudado a Independencia. Che decile a Wilmer a ver si puede suspender ese curso sobre Hegel, porque hay huelga de la CGT- No hubo caso. En el aula magna había 30 personas escuchando hablar de la filosofía alemana y en el centro los obreros se mataban con la policía. Horacio se quedó en el aula pero estaba incómodo. El curso era realmente interesante, pero le parecía que la historia se estaba haciendo en otro lado. Poco después, la policía baleó una manifestación en San Martín y mató a 3 obreros: Mussi, Méndez y Retamar. Dos eran comunistas y uno peronista: cuando la noticia llegó a la facultad, el Centro de Estudiantes decidió levantar las clases y salir a manifestar la solidaridad con los caídos. Horacio y otros dos compañeros empezaron a recorrer las aulas para avisar a los alumnos. Cuando ya estaban casi todos en las calles, se encontraron con un aula donde seguían las clases. www.clabackdorman.blogspot.com 2005_05_05 Eliana Carreira (cucarda de Familiares) y Zulma Hopen (micrófono) en el acto (02-06-2006 Corrientes y Ángel Gallardo) donde fabricamos diez baldosas con el nombre de diecisiete vecinos cuyos pasos por Almagro precedieron a los nuestros. Resumen de la intervención de Zulma: Daniel me llevaba 7 años. Y -como suele ocurrir en estos casos- él con 15, yo con 8, literalmente, me pateaba cuando me metía en sus cosas, jugaba con su mecano y, cuando no, me desataba el moño de las primorosas trenzas a la que mi madre le dedicaba dos horas diarias. En plena adolescencia conocí a Nicolás Guillén. Cumplía 13 años. Fue su regalo de cumpleaños. Acompañaban los poemas la siguiente dedicatoria: Te esperan muchas tareas por cumplir. Que las cumplas a todas muy feliz 1958: año de grandes luchas estudiantiles alrededor de la laica-libre. Yo, cursaba, entonces, 1er. Año. Desde las aulas escuchábamos los cánticos de la calle -los varones del Urquiza- que nos convocaban a la movilización. Cuando esa tarde llego a casa, Daniel estaba cortando cintitas violetas; el color que identificaba a la laica. Yo no entendía nada. Me contó, me explicó, me escuchó. Me puse la cinta violeta y con ese ímpetu adolescente... casi sentí que estaba haciendo la revolución. 1966: Dictadura de Onganía. Noche de los Bastones Largos. En las escalinatas de Filosofía y Letras, ante una multitud estudiantil Daniel hablaba. A mí se me hacía inmenso y también lejano. Hubiera querido decir que era mi hermano o que él reconociera en público nuestro lazo fraterno. Hubiera querido mejor, que al terminar nos fuéramos a tomar un café. Pero, él tenía, todavía mucho por hacer. Agitaba: A estos uniformados de azul que van a querer entrar, les vamos a decir que el único uniforme que los estudiantes de Filo vamos a recibir es el del color verde-oliva del compañero Fidel. Lorca, Neruda, Marx, Trotsky, Discépolo, los bailes del club de barrio, las murgas de Flores, los sabores de nuestras cenas, las discusiones políticas. Confidencias de amores encontrados y desencontrados. Recuerdo cuando Daniel me presentó a Moni. Ella era muy linda, pero, le llevaba algunos centímetros. Cuando se lo dije, él respondió: No importa. Para la foto, me subo arriba de una tarima. Lamento algunas charlas postergadas. Quizá porque creíamos tener todo el tiempo del mundo en los bolsillos. Celebro el acercamiento que -en estos últimos años- tuve con amigos y colegas suyos que me permitieron conocer tantas cosas de su vida. Todos los días se agregan páginas a este libro de su vida que sé que nunca van a tener un capítulo final. Daniel, te recorto por un instante dentro de los 30000 y te digo que, aunque no nos hubiera parido la misma potestad, te hubiera elegido como hermano… Su amigo Ignacio Linsly escribió: Daniel (y esas ganas tremendas de llorar...) Daniel, novio de la Revolución gorrión pequeño que voló alto Amigo del alma: supiste crecer con utopías y te fue imposible vivir sin esperanzas Te queremos, amigo, aunque no lo sospeches Y, te queremos mejor los que en los abismos de la locura del todo vale creemos que es posible rescatar la ternura y tu esperanza La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires adhiere a la iniciativa de recordar a nuestro compañero detenido desaparecido Daniel Hopen. En ese sentido, acompañamos, solidariamente, a familiares y amigos de Daniel y a todos aquellos, que de una u otra forma, trabajan y militan para que las ideas y la obra de nuestros compañeros no sean patrimonio del olvido. Ana Villarreal secretaria de Derechos Humanos de la UTPBA. Daniel Das Neves secretario general de la UTPBA 20 de abril de 2007 Grupo Reparto Negro. Acciones Audiovisuales. (Adheridos a DOCA: Documentalistas Argentinos) Desde el cine militante, este grupo se compromete con la realidad social y política de la Argentina a través de proyecciones, festivales barriales, actos sociales y realizaciones audiovisuales. Lo integran estudiantes y profesionales del cine, las artes plásticas y la fotografía. El próximo trabajo de ellos es un corto- documental sobre la vida de Daniel Hopen; y a través de él, la vida política de la Argentina de los 60-70. Decidieron que -desde el punto de vista fílmico- dan inicio al corto con las tomas de esta colocación de la Baldosa. El dramaturgo, poeta, profesor de Psicología Social y abogado de DDHH Vicente Zito Lema, habló con cariño de la pareja. El profesor de Sociología y actual Director de la Biblioteca Nacional exaltó las dotes oratorias de Daniel. Enseguida nos deleitaron fragmentos de canciones y poemas (Mario Benedetti, Federico García Lorca y Violeta Parra) del espectáculo Papel Mojado recitados, tocados y entonados por Ariel Altieri, Gonzalo Álvarez, Zulma Hopen y Francisco Pesqueira. Más allá del error (y del susto) es un alegrón que vecinos anónimos cuiden las baldosas que marcan los pasos que precedieron a los suyos (y a los nuestros) por el barrio. Conocí a Daniel en 1976 y fue una relación para mi inolvidable. Lo conocí cuando ya estaba en la clandestinidad. Lo que siguió fue una relación intensa hasta que cayó a fin de agosto. Yo, un pendejo extranjero que todavía no entendía cuan poco sabía de la Argentina, su historia y su política. Él era un hombre maduro con una voz profunda y una forma de ser que no dejo lugar a dudas de que había experimentado mucho. Lo vi por última vez el día antes de su captura. Fue un lindo tipo, un tipo auténtico y un tipo inquieto que había tomado la decisión de no quedar quieto en frente a tanta injusticia y tanta explotación. Daniel James Parte del video proyectado en Sociales el 5-11-07 en un acto previo al homenaje a los estudiantes, egresados y docentes en el 50 aniversario de la creación de la Carrera de de Sociología en la UBA. “Baldoseando” Conocí a Cristina Feijóo allí, por el otoño del 2008. Un asado, en su casa, invitada por una amiga en común. Charlamos sobre su exilio, el mío, sus libros, mi teatro… Cosas de la vida. Como casi siempre ocurre en estos casos, quedó pendiente un café. Un año después, también en otoño, cuando se abría la causa del Primer Cuerpo del Ejército, me llamó Cristina. Me cuenta que fue citada a declarar en la Causa de Coordinación Federal. Allí fue llevada ella cuando la secuestraron. En ese campo estuvieron también secuestrados mi hermano Daniel y su compañera Moni. Me contó que compartió la celda con Moni y, cuando lo permitían los represores hablaron (como suelen hacerlo las mujeres) de cosas de la vida. Y, en la vida de Moni estaba mi hermano, sólo, a unos pasos de distancia; en la celda grande a la que llamaban “la leonera”, destinada a los hombres. Todo junto y de golpe. En el rompecabezas de la memoria, después de 33 años, aparecía una nueva testigo y era Cristina a quien ya, desde hacía tiempo, me unía mucho afecto. Nuestro encuentro -esta vez sin asado- fue muy conmovedor. Cristina contó, yo preguntaba, ella me respondía… Le conté lo de las baldosas. Así que, al poco tiempo, nos volvimos a encontrar para “baldosear juntas”. Agarradas muy fuerte de la mano, fuimos hasta la Baldosa de Daniel y Moni. Miramos sus nombres… el departamento…y Cristina dijo: “Qué bueno tener un lugar donde venir… donde estén sus nombres…” Sin soltarnos, apretujaditas, seguimos recorriendo las baldosas de algunas manzanas de Almagro. Ahí están. Con sus nombres y su color. Zulma Hopen, mayo/09 “