¡Marche un adulto en frasco chico!!21 - 4 - 91 Eso de estar pidiéndoles a nuestros hijos que sean monstruitos sabelotodo, o marcianitos omnipotentes, no es historia nueva. Y este capitulo de esta historia se trata de
Y esto es lo que hacemos cuando intentamos:
Al pasar a una educación que contempla al niño como persona individual, con necesidades y decisiones propias, con derecho a la explicación y comprensión etc., se diluye la autoridad. Y es que, como etapa nueva, caemos en el polo contrapuesto de la anterior. Si bien este es el costo necesario en todo proceso de cambio de situaciones polares ya podemos ir pensando en poner estas cosas en términos más adecuados para la educación de nuestros hijos. Los intentos antes mencionados son inútiles, ya que por propia maduración evolutiva los chicos no tienen tales capacidades. Hasta pasada la adolescencia carecen del desarrollo intelectual abstracto, del afectivo de autonomía, del social de pertenencia - independencia como para hacer los discernimientos que intentamos que haga. Y los costos de esta utopía pueden ser por lo menos:
En esto hay que tener muy en cuenta no caer en un tipo de autoridad sobre bases falsas, (hay distintos tipos de autoridades sobre bases falsas, tema de otro capítulo), la autoridad y la obediencia erigidas como fines en sí mismas es una de ellas. Y hay que tener muy en claro que la educación con la finalidad de hacer hombres obedientes forma a débiles. La finalidad de la autoridad parental es una educación correcta, y esta se da respetando la libertad, autonomía, autoabastecimiento, autocuidado, relacionamiento social. Si bien el conjugar todo esto parece tarea difícil, no lo es tanto si simplificamos con toda nuestra capacidad adulta las cosas. Una buena ayuda es tener presente siempre esta trilogía parental necesaria para la educación infantil. IDEAS CLARAS
LIMITES PRECISOS ACUERDOS MUTUOS
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